Es lógico que tratándose de un modelo como la Niken uno acuda con ciertas reservas a la invitación cursada por el concesionario Yamaha para realizar la prueba de conducción, pronto todas esas dudas se disipan.

Para los que no estén familiarizados con la actualidad del mundo de la moto se trata de un nuevo ingenio de motocicleta (que no scooter) que se distingue por montar una doble rueda delantera ancladas a un mecanismo de geometría de dirección Ackermann y a un sistema de suspensión tipo cantilever con la horquilla situada en la parte exterior de las ruedas. Con esta breve explicación no pretendemos ofrecer un curso acelerado de ingeniería ni atiborrarles con datos técnicos sino situarlos en la pista de la verdadera dimensión de este concepto absolutamente revolucionario en su categoría.

Después de la impresión inicial, cualquier atisbo de indecisión se torna en curiosidad. A estas alturas son muchos los mensajes que apuntan a que se trata una motocicleta a la que es muy fácil adaptarse y mucho más maniobrable de lo que a priori se podría pensar y hay que decir que después de todo un fin de semana a lomos de este artefacto no van en absoluto desencaminados. Buena parte de esa buena actuación recae en el motor tricilíndrico de 847 cc y 115 CV, el mismo que monta la MT-09 o la Tracer 900, una base mecánica más que contrastada aunque con una configuración menos explosiva que sus congéneres por resumirlo en pocas palabras, para adaptarlas a su vocación rutera.

En ruta

Desde el puesto de conducción todo se normaliza, la posición algo retrasada respecto a una naked convencional es realmente cómoda y el equilibrado reparto de pesos aporta una dosis extra de confianza. Una recomendación, colocar bien los espejos retrovisores antes de iniciar la marcha. Dicho esto, es cierto que es más fácil disfrutar de cualquier recorrido cuando se cuenta con hasta tres modos de conducción y control de tracción regulable, ayudas a las que se añaden el asistente de cambio a la hora de subir de marcha (QSS), el embrague asistido antirrebote y un sistema de suspensión con máxima capacidad de ajuste.

En ciudad sorprende por su agilidad aunque hay que ser algo más cautos a la hora de abordar espacios estrechos. En carretera es donde la Niken saca a relucir todo su potencial proporcionando una experiencia extremadamente divertida y rápida en curvas (ángulo máximo de inclinación 45º) alentada por ese plus seguridad que aportan las dos ruedas delanteras. Esa sensación de mayor agarre y tracción es extrapolable a cualquier situación de conducción, también en vías rápidas (autopistas y autovías) donde como extra puedes activar el control de crucero y donde por ponerle un pero se echa de menos una pantalla de protección de mayor tamaño. Yamaha, adelantándose a las recomendaciones en este sentido, ha respondido añadiendo a su catálogo la nueva variante Niken GT (Gran Turismo) provista, entre otros elementos, de un parabrisas más alto con arreglo a su naturaleza viajera.

Concluyendo, la Niken nos ha sorprendido para bien. Lo primordial, a nuestro entender, es con el sistema Leaning Multi Wheel (LMW) de dos ruedas delanteras y de más ajustes en la configuración del bastidor, todo son ventajas, principalmente en términos de equilibrio y solidez en la frenada, ofreciendo una nueva dimensión en seguridad y satisfacción sobre la moto.