Yamaha puede presumir de muchas cosas pero sobre todo de convertirse en la marca con una gama de vehículos más versátil y adaptada a las necesidades de un gran número de usuarios. Lo demuestra, por ejemplo, con su oferta de modelos scooter. Su variado catálogo de propuestas abarca todos los estilos y cilindradas convirtiéndose en auténticos especialistas.

El Tricity 125 responde a la forma con la que Yamaha quiere llegar a ese cliente con licencia de conducir para coches que accede por primera vez al mundo de la moto o el experto motero que se decanta por la estabilidad, economía de uso y seguridad de un tres ruedas para hacer frente a las 'trampas' de la ciudad. La prioridad es que a partir de sus contenidas dimensiones (1,98 x 0,75 x 1,21 m.), su peso ligero (159 kilos) y simplicidad de construcción, su actuación no dista en exceso del de un scooter convencional. Por el contrario aporta ventajas respecto a estos, principalmente una gran sensación de confianza y facilidad de conducción.

Tecnología LMW

La particular arquitectura del tren delantero de doble rueda (Leaning Multi Wheel) emplea como receta un corto ancho de vías. Esta solución junto a la reducida distancia entre ejes (1,35 m.) facilita los clásicos zigzagueos, las inclinadas y cambios de dirección acometiéndolos de forma muy noble y natural, sin tener que realizar como ocurre en algunos casos un esfuerzo extra.

En las fuertes frenadas y sobre firme deslizante es donde salen a relucir los beneficios de este tipo de planteamientos que crecen por momentos en representación y número de adeptos. Para ello utiliza un sistema de combinado (UBS) de nueva factura a partir de la versión con ABS muerde de forma conjunta los discos delanteros y el trasero de 220 y 230 mm de diámetro, respectivamente, aunque con distinta intensidad.

Estéticamente no desentona y todos los componentes son de buena calidad. De hecho, presenta un aire general muy refinado a partir del elegante carenado que envuelve el sistema delantero donde se instalan la pantalla de protección y los faros con tecnología LED. El color azul mate le va como anillo al dedo. Los amplios guardabarros cubren los dos neumáticos de 14 pulgadas ideales para establecer un centro de gravedad relativamente bajo que garantice la estabilidad. El tren trasero se compensa con un neumático una pulgada menor y un doble amortiguador con un tarado muy adecuado incluso si el conductor está subidito de peso.

El amplio espacio para los pies, el cómodo sillón en dos alturas y los reposapiés retráctiles del pasajero confirman su estilo conciliador con los entornos urbanos y las distintas necesidades de uso de los propietarios. Se agradecen otros detalles como la práctica guantera alojada en el lado derecho del escudo frontal y el clásico gancho para las bolsas. El hueco bajo el asiento tiene capacidad más que suficiente para albergar un casco integral.