Las empresas de movilidad urbana compartida generaron en 2019 una facturación agregada de 120 millones de euros, de los que un 30% provino de los automóviles, un 28% de motocicletas, un 27% de bicicletas y, un 15%, de patinetes.

Así se desprende del último observatorio sectorial de DBK Informa, compañía filial de Cesce, que apunta a una flota global de este tipo de vehículos de 60.700 unidades, frente a las 30.400 unidades contabilizadas en diciembre de 2017.

De esta cifra, 29.770 corresponden a bicicletas --el 80% de ellas pertenecen a los sistemas públicos de alquiler implantados por cada municipio--, 16.790 a motocicletas, 9.400 a patinetes y 4.740 a automóviles.

La flota de bicicletas presenta una alta concentración en Cataluña, comunidad que en febrero de 2020 suponía el 32% del total, seguida de Comunidad Valenciana (16%). Además, Cataluña reúne también la mayor parte de la flota nacional de motocicletas compartidas (37%), mientras que Madrid destaca como la principal comunidad en los segmentos de automóviles (73%) y patinetes (51%).

En febrero de 2020 operaban en España en torno a 90 enseñas activas de movilidad urbana compartida, dedicadas al alquiler de bicicletas, motocicletas, patinetes y automóviles, alguna de las cuales explotaba más de una modalidad de transporte.

El segmento de bicicletas reunía el mayor número de enseñas, 50 en total. Por su parte, se identificaban 21 enseñas dedicadas al alquiler de automóviles compartidos, 17 al alquiler de patinetes y, 12, al alquiler de motocicletas.

En cuanto al grado de concentración de la oferta, las cinco primeras empresas en el segmento de motocicletas gestionan cerca del 95% de la flota total. Por su parte, los cinco primeros operadores del mercado de automóviles concentraban de forma conjunta el 76% de la flota, siendo este porcentaje del 70% en el segmento de patinetes y, del 64%, en el de bicicletas.