Los fabricantes de automóviles mantienen su defensa sobre la puesta en marcha de medidas públicas adicionales a las actuales, en caso de que finalmente salga adelante la propuesta de endurecimiento de los objetivos de reducción de emisiones de vehículos y que contempla el fin de la venta de coches de combustión (incluidos híbridos) desde 2035.

Así lo indicaron desde la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), tras la votación del pasado miércoles en la Comisión de Medio Ambiente de la Eurocámara, en la que se votó a favor de prohibir la venta de estos vehículos desde 2035, en lugar de 2040 como se aprobó el año pasado en el Congreso de los Diputados dentro de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética de España.

"Respecto a la posición de España en el Consejo Europeo ante la propuesta de la Comisión 'Fit for 55', sobre una nueva aceleración de los objetivos de reducción de emisiones en la automoción, llegando al 100% en 2035, es una decisión exclusivamente del Gobierno en la que Anfac no toma parte. La posición de Anfac es similar a la defendida por la patronal europea ACEA", explicaron desde la organización.

Esperar a las herramientas

No obstante, indicaron que, en su opinión, no es el momento ahora de decidir los objetivos a alcanzar en 2035, sino que antes habría que esperar para ello a 2028 "una vez que se verifique que las herramientas que deben facilitar tal transición, y que son la base del paquete 'Fit for 55', están realmente implantadas y son eficaces, para así garantizar una mayor certeza sobre las opciones tecnológicas realmente disponibles".

En el caso de que finalmente salga adelante la decisión de reducir al 100% las emisiones de los vehículos para 2035, por lo que se prohibiría la comercialización de modelos con motor de combustión, Anfac indicó que todo nuevo objetivo "debe venir acompañado de nuevas herramientas al mismo nivel de exigencia si se quiere que su cumplimiento sea posible".

"No hay que olvidar que las medidas actuales buscan cumplir con la ley de Cambio Climático y Transición Ecológica, que fija el límite de combustión en turismos y comerciales ligeros en 2040, no en 2035", subrayaron desde la asociación, al tiempo que apuntaron que España ya está retrasada en el cumplimiento de los objetivos actuales.

Acelerar la electrificación

Por ello, ha propuesto diferentes medidas para acelerar el ritmo de penetración de los vehículos electrificados, como el despliegue de puntos de recarga, con nuevos objetivos "ambiciosos pero vinculantes" y una mesa de gobernanza operativa; una fiscalidad que apoye positivamente la descarbonización y se centre en gravar el uso, no en la compra; y una reforma de los planes de ayuda a la demanda para hacerlos más eficaces.

En esta línea, Anfac apuntó que si finalmente el Gobierno español decide apoyar una nueva aceleración de los objetivos "estas nuevas medidas son incluso mucho más necesarias y urgentes", puesto que si no se adoptan la industria automovilística española y el empleo "pueden enfrentarse a un serio problema dada la gran exigencia de los nuevos objetivos que se pretenden aprobar".

La votación de Europa

La Comisión de Medio Ambiente de la Eurocámara votó el miércoles de la pasada semana la revisión del reglamento de emisiones de los turismos y vehículos comerciales, con el objetivo de poner fin a la venta de coches de combustión en 2035 y no en 2040 como se había aprobado con anterioridad.

En dicha Comisión, no obstante no se aprobaron unos objetivos intermedios aún más ambiciosos en este campo. Así, la propuesta de una reducción del 40% de las emisiones de los coches y del 35% de las furgonetas para 2027 fue rechazada, mientras que la de un 70% de reducción para turismos y del 65% para furgonetas para 2030 resultó en empate, por lo que se mantiene el texto propuesto por la Comisión Europea, que contempla reducciones del 55% y del 50%, para dicha fecha.

Sin 'atajos chapuceros'

Dichos objetivos intermedios adicionales, recogidos en sendas enmiendas, fueron rechazados, gracias, en buena medida, al voto en contra de Susana Solís, eurodiputada de Ciudadanos, que apuesta por la fecha de 2035 para la prohibición de matriculación de coches de combustión nuevos, pero que rechaza "aprobar atajos chapuceros".

"Cambiar una línea de producción lleva siete años. Necesitan (los fabricantes) flexibilidad y certidumbre para planificar su descarbonización, sus inversiones de cara a los objetivos del 2030 y 2035. Es una situación insostenible para la industria, que no puede reinventarse de la noche a la mañana: hay que asegurar que la transición ecológica sea viable sin sacrificar empleos por el camino", afirmó Solís.

Asimismo, indicó que el futuro que quiere para el sector del automóvil es de cero emisiones y señaló que la propuesta de la comisión que adelanta la fecha al 2035 "es ya muy exigente y supondrá un esfuerzo extraordinario" para la industria. Por ello, afirmó que endurecer aún más este objetivo, como proponen algunos grupos políticos y adelantar aún más el fin de los vehículos de combustión e híbridos, "puede ser letal para el empleo. Es irracional e irresponsable"

"Debemos dar tiempo para que esta transición se haga sin perder empleo y capacitando a los trabajadores. Pensemos, no solo en los grandes fabricantes, sino en lo que supone para los proveedores de componentes y talleres a quienes pedimos que de la noche a la mañana se transformen", sentenció.