Un logotipo es uno de los elementos más importantes de un compañía. Es lo primero que un cliente potencial ve y debe transmitir las características de la empresa a simple vista. Es la primera impresión, que debe ser escudada después por la identidad de marca y su eslogan. El producto llega después. Si un logotipo no entra por los ojos, difícilmente un interesado indagará más en la marca y, probablemente, buscará otras opciones.

El diseño de un logotipo es un proceso artístico creativo que define la filosofía de una marca y su integración en la sociedad actual. Es por eso que la gran mayoría de marcas del mundo han evolucionado sus emblemas a lo largo de la historia, adaptándose a las nuevas generaciones y a los nuevos canales de distribución de su mensaje. Con la digitalización y la entrada del canal digital a la publicidad, no iba a suceder lo contrario y cientos de enseñas de todos los sectores, entre ellas un buen puñado de firmas automovilísticas, han trabajado para adaptar su logotipo a las necesidades actuales.

La tendencia actual es la de simplificar al máximo. Decir mucho con muy poco y todo con un formato que se adapte a las pantallas. Logotipos sin fondo o con un fondo transparente que sean identificables con facilidad. En el sector de la automoción, además de la digitalización, la electrificación de la movilidad está jugando un papel clave en este proceso de renovación de imagen que muchas marcas han llevado a cabo. Las compañías automovilísticas están dejando de ser marcas de coches para ser empresas de servicios de movilidad, con una marca apuesta por los coches eléctricos, y esta transición arranca con el cambio de identidad corporativa.

Muchas marcas han cambiado su logotipo en los últimos tres años. Empezando por Volkswagen, que revolucionó su identidad de marca en el Salón de Frankfurt de 2019, otras, como BMW, Kia, Nissan, Renault o Peugeot, han seguido a la alemana.

SIMPLIFICACIÓN, LA NORMA GENERAL

Todos, excepto Peugeot, han apostado por simplificar su enseña, haciéndola más amable con el ecosistema digital que impera en la sociedad actual. Tomando el ejemplo de VolkswagenVolkswagen, la firma de Wolfsburgo apostó por un diseño liso bidimensional, simplificando los elementos que lo componen a lo esencial. Asimismo, incorporó un nuevo esquema de colores formado por distintos tonos de azul y el blanco, con lo que, sea cual sea el fondo en el que se reproduzca, será reconocible. Este cambio de logotipo llegó con el primer logo acústico de la historia de la marca, unas notas que culminan con una voz femenina diciendo “Volkswagen”. Desde la marca se admitió su voluntad por adaptarse a la electrificación y adaptarse a la digitalización, además de buscar un acercamiento a un cliente más joven, más concienciado con el medioambiente. El estreno de su nueva imagen coincidió con el del ID. 3, el primer eléctrico de la familia ID.

BMW BMW siguió los pasos de Volkswagen con un nuevo logotipo, aunque su movimiento fue menos radical ya que en esencia mantiene su diseño y además el logotipo en sus vehículos no cambió. La firma bávara quiso redefinir su imagen solo en el medio digital y en la comunicación corporativa. De ahí a que se eliminara el fondo para adaptarse al canal digital y, de paso, resaltar la zona central del logotipo, es decir, la bandera de Baviera. BMW también rediseñó los logotipos de BMW i y BMW M, es decir, la imagen de su gama eléctrica y su gama deportiva. De nuevo, se optó por eliminar la tridimensionalidad, haciendo que la forma del logotipo dibujar la ‘M’ y la ‘i’.

Tras las dos marcas alemanas, en verano de 2020 tres compañías más siguieron sus pasos: Opel, Nissan y Toyota. La que más varío su propuesta fue NissanNissan, con un diseño totalmente renovado que, de nuevo, tuvo en la simplificación su razón de ser. Fácilmente reproducible en medios digitales e impresos, desde Nissan se justificó el nuevo logotipo a la búsqueda de “una apariencia refinada, digital y familiar”. “Demuestra la evolución de Nissan desde un fabricante tradicional de vehículos, hacia un proveedor de movilidad y servicios”. Menos bordes, menos distracciones. Solo la palabra ‘Nissan’ escudada con dos líneas circulares.

Opel y Toyota mantuvieron su diseño aunque con pequeñas modificaciones. La alemana afinó el anillo que forma el logotipo, otorgando más presencia al rayo, un claro guiño a la electrificación. Mantuvo la inscripción ‘OpelOpel’ en la zona inferior del anillo, aunque es casi imperceptible pese a que la marca defiende que “esto demuestra la precisión alemana”. Además, cambió su color corporativo a un amarillo que, según sus palabras, «define la electricidad, la nueva gasolina del sector automovilístico».

ToyotaToyota, por su parte, revisó su logotipo y su tipografía para los mercados europeos. “El nuevo logotipo condensa el emblema en un sencillo diseño bidimensional, sin la palabra Toyota, puesto que el emblema en sí es ya muy reconocible en toda Europa”. Los esfuerzos de la japonesa pasaban por conseguir “la integración total en dispositivos móviles, una sensaciones más premium y una gran coherencia entre todas las unidades de negocio y submarcas”.

En 2021 llegaron los nuevos emblemas de Kia, General Motors, Peugeot y Renault. La primera en cambiar fue KiaKia, con un rediseño profundo de su imagen de marca. La empresa surcoreana enfatizó su deseo de adoptar una posición de liderazgo en la industria de la movilidad con un nuevo logotipo, formado por la palabra ‘Kia’ en un diseño moderno y bidimensional, y un nuevo eslogan, ‘Movement that inspires’. El primer coche en mostrar el nuevo emblema fue el EV6, su primer eléctrico de nueva generación.

Kia le siguió PeugeotPeugeot, un caso curioso e interesante. La firma francesa quiso adaptarse al canal digital, pero quiso enfatizar su herencia y su historia centenaria, renunciando al minimalismo imperante en el resto de la industria con un logo más complejo que el anterior, pero igualmente adaptado a los nuevos soportes publicitarios. Con forma de escudo, destaca un león con rasgos muy definidos en el centro, además de la palabra ‘Peugeot’ en la zona superior. 

Al otro lado del charco, General Motors creó un nuevo escudo para acelerar la aceptación de la electrificación entre sus clientes. El color azul refuerza este rumbo del grupo mirando al futuro pese a recordar su pasado con la tipografía, clásica pero con un enfoque moderno. Todo, en una conjunto más sencillo, también más fácil de reproducir en los medios digitales.

Renault Renault fue la última que presentó un nuevo logotipo el año pasado. La marca francesa lo hizo para culminar la presentación de ‘Renaulution’ su nueva estrategia de producto que busca, bajo la batuta de Luca de Meo, incrementar el valor añadido de cada unidad y reposicionar las marcas del grupo en el mercado global. Para la firma del rombo, el nuevo emblema es una mezcla entre modernidad y tradición, recuperando el logotipo de 1972, formado por varias líneas, y simplificándolo para crear una imagen limpia, minimalista y simple. Su debut fue en el capó del prototipo R5, un eléctrico que resucita el diseño del clásico Renault 5 y que llegará a mediados de la década.

Finalmente, este año han llegado los nuevos logotipos de Dacia, Skoda y Citroën. La primera apostó por revolucionar su imagen de marca no solo cambiando su logotipo, ahora formado por dos ‘D’ de la nueva tipografía de la marca, sino además actualizando su paleta de colores para no solo adaptarse al canal digital, sino para mostrarse más robusta y moderna pero igual de accesible. Este cambio de Dacia está ligado también a la ‘Renaulution’ ya su voluntad de dar un salto en el mercado.

Skoda, por su parte, apostó por un enfoque más continuista, manteniendo la forma de su logotipo, pero simplificándolo al máximo y eliminando cualquier tipo de relieve, 100% digital. Asimismo, cambió su tipografía integrando el acento circunflejo de la ’s’ en la misma letra para una apariencia más limpia, más fácil de reproducir y también más moderna. Valores que quiere transmitir la marca para adentrarse en la era de la electrificación.

Finalmente, Citroën ha sido la última marca en cambiar su logotipo, recuperando su icónico escudo de 1919 pero adaptándolo al presente con unos chevrones más gruesos y un óvalo más delgado. Junto con el nuevo logotipo se añadió una nueva paleta de colores basada en el blanco y el gris frío contrastados con el Azul Montecarlo y por un rojo intenso y un nuevo eslogan, “Nada nos mueve como Citroën, para resaltar el nuevo enfoque de la marca como solución de movilidad eficiente, sostenible y accesible.