Las ayudas, la clave para la competitividad del vehículo enchufable
Los datos demuestran una relación directa entre las ayudas para la compra de vehículos enchufables y su cuota de mercado en Europa
Las ayudas para la compra y los incentivos fiscales siguen siendo un factor clave y directamente relacionado a la penetración del vehículo eléctrico, que ve como el precio, todavía más elevado que sus equivalentes de combustión, y la carencia de una infraestructura de carga pública adecuada siguen siendo sus puntos flacos en el mercado. Según un estudio de LeasePlan, los vehículos eléctricos son cada vez más competitivos en Europa, pero su coste de su propiedad es todavía más alto que los de combustión.
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) afirmó hace dos años que se podía establecer una relación directa entre las ayudas y ventjas que las administraciones de cada país ofrecían para su adquisición y su cuota de mercado. Ahora, ACEA actualiza sus datos para seguir confirmando la hipótesis lanzada en 2018.
20 países ofrecen ayudas e incentivos
ACEA celebra que 20 países de la Unión Europea hayan puesto en marcha programas de ayudas e incentivos fiscales para la compra y la posesión de vehículos eléctricos e híbridos enchufables. La exención o reducción del impuesto de matriculación y circulación, así como ayudas directas a la compra de este tipo de coches, son las medidas más habituales. Según la asociación, las ayudas directas son la herramienta más eficaz para estimular la demanda de vehículos enchufables.Solo siete países no ofrecen ningún tipo de incentivo a la hora de comprar coches eléctricos: Bélgica, Chipre, Dinamarca, Letonia, Lituania y Malta. De éstos, solo en dos, Dinamarca y Bélgica, los enchufables superan el 1% de cuota de mercado con un 3,2% y un 4,2%, respectivamente. En los demás oscila entre el 0,4% y el 0,6%. La renta por cápita, significativamente más elevada en Dinamarca (53.270 euros) y Bélgica (41.200 euros) frente a los demás países (entre 8.680 euros y 26.530 euros), y sobre todo la infraestructura de carga, muy avanzada en los dos países centroeuropeos marcan la diferencia.