La pandemia del coronavirus provoca un efecto dominó devastador en el sector turístico. El aumento de los contagios en las Islas conlleva el veto en cascada de los países emisores y la falta de turistas desencadena el despido temporal de miles de trabajadores y el cierre de los hoteles ante la ausencia de clientes. Si hace una semana la cadena Riu anunciaba el cierre progresivo de ocho complejos en Canarias, ahora es Lopesan la que ha decidido que cuatro de sus establecimientos dejen de operar. El próximo miércoles cesarán su actividad el Abora Catarina y Abora Buenaventura, en Gran Canaria, mientras que el hotel IFA Altamarena y las IFA Villas Altamarena, en Fuerteventura, cerrarán sus puertas el lunes 28 de septiembre.