Nunca es fácil mediar, impartir justicia y ser ecuánime. Se requiere un carácter, un saber estar y una preparación de muchos años para que las decisiones sean lo más justas posibles. Juan Carlos Arteaga ha estado durante muchos años tomando decisiones con millones de personas pendientes de sus gestos y de lo que veía su mirada. Y solo quienes han estado en su lugar saben de la dificultad de esos momentos y de la tensión que se vive en finales o partidos decisivos. Como árbitro de primer nivel internacional ha arbitrado en muchísimos partidos históricos del baloncesto y ha llevado el nombre de Gran Canaria por todo el mundo. El Cabildo le premia con el Roque Nublo de Gran Canaria en el Ámbito del Deporte atendiendo a ese camino de ecuanimidad que fue trazando durante sus muchos arbitrajes en la élite del baloncesto.