El grupo de chicos u hombres que acosa necesita demostrar su poder y reforzar sus vínculos colectivos. Lo hacen para reafirmar su masculinidad, como una diversión, lo que aumenta el terror de las mujeres. Así nos lo cuentan algunas de ellas, acosadas sobre todo en la calle, de noche y yendo solas...Volvía a las 9 de la noche cuando un coche se detuvo y dos hombres se bajaron. Me siguieron y me puse a correr hasta que llegué a casa... (Niña de 16 años)...Era de noche, dos hombres me agarraron y me arrinconaron contra la pared. Empezaron a tocarme pero me los quité de encima y salí corriendo... (Mujer de 23 años). Un pánico que consiguen con comentarios lascivos, seguimientos, amenazas verbales, miradas insistentes o tocamientos. Lamentablemente la mayoría de los testigos de estos acosos callejeros no intervienen. El informe de Plan Internacional traza un mapa de la inseguridad en ciudades como Madrid. Indica puntos negros donde se señala un acosador y una mujer con miedo.