Todos los pensamientos de María José están en su hijo Iván, asesinado en un accidente de tráfico. Iván esperaba el autobús en una parada del centro de Madrid, cuando un conductor borracho, drogado y con un coche robado lo arrolló a 135 kilómetros por hora. Multiplicaba por 7 la tasa de alcohol permitida. Desde entonces María José sobrevive por una razón: lograr que se endurezcan las penas para los reincidentes como el que mató a su hijo, que contaba con 45 antecedentes delictivos. Lo condenador a cuatro años de cárcel. El Código Penal actual solo aumenta las penas a nueve años de prisión si hay varios muertos en el accidente.