Las críticas no se han hecho esperar a la decisión de la juez para que Ángel Hernández sea juzgado por violencia de género por ayudar a morir a María José, su mujer, enferma terminal de esclerosis múltiple. Ella tomó la decisión consciente y él la acompañó. Miembros del Gobierno como los titulares de Interior y de Justicia, Fernando Grande Marlaska y Dolores Delgado, consideran que se trata de un acto de amor y no de violencia, que habrá que revisar la jurisprudencia para considerar si es aplicable al caso. Asociaciones que defienden el derecho a morir dignamente y familiares de enfermos terminales que decidieron cómo acabar su vida tachan la decisión de insulto y aberración y esperan que el caso se sobresea.