Con más de diez kilos, este descomunal racimo de uvas se convierte en el más grande del mundo. Lo ha conseguido un agricultor de los Palacios y Villafranca, en Sevilla, que hoy es el orgullo de sus vecinos. Pero no es el único fruto gigante en esta localidad, aquí el tamaño importa. Cincuenta kilos pesan estas sandías, las acaban de traer del campo junto con esta calabaza. Y aún mayor es la de Aurora, gracias a cuatro meses de mimo y agua. Toda su familia ha visto con ilusión como se hacía gigante. Es una tradición que ha heredado de su padre: cultivarlas para presentarlas a un concurso que se celebra esta noche. Faltan pocas horas, toca revisarlas, prepararlas y trasportarlas, que no es tarea fácil. Después del concurso, algunas las donan al asilo y otras las reparten a familias, que seguramente repetirán menú varios días.