El guardia civil está camuflado, ha seguido al presunto delincuente y ha visto que las matrículas están pintadas. Lleva en el coche a su familia con la que pasa el día libre. Su intuición no le falla, David lo observa agazapado. Cuando el delincuente está repostando sus movimientos le delatan: va a intentar el robo a punta de cuchillo. Llevaba dos bridas negras y un cuchillo carnicero de 30 cm. El delincuente tiene antecedentes por robo con violencia y una orden de detención por agresión sexual.