Treinta y siete goles con la selección española pero ninguno en un Mundial. David Silva tiene cuentas pendientes con la cita más importante. Sabe lo que es levantar el trofeo con el que todos sueñan, y también dos Eurocopas, pero todavía no ha disfrutado del sentimiento de perforar la portería rival. Este lunes contra Marruecos (19.00 horas) afronta otra oportunidad siempre y cuando no entre en las rotaciones de Fernando Hierro. El seleccionados no ha querido dar ni una pista sobre sus intenciones de cara al choque de la tercera jornada del grupo, en el que la Roja se juega su camino en los cruces. Sin el pase asegurado -solo una carambola le dejaría fuera de octavos-, lo que está en la mente de la selección son los emparejamientos ya que, si los pronósticos se cumplen, habrá un lado menos difícil que el otro.

Hasta que Fernando Hierro no dé la alineación para el choque de Kaliningrado no se sabrá si piensa en los octavos o si busca el liderato del grupo a toda costa para evitar a Brasil -si es primera-, Alemania -si es segunda-, Francia -si es primera- y Argentina -si es segunda- hasta una hipotética final. Demasiadas incógnitas.

Esas dudas se trasladan a la alineación de este lunes. Y David Silva es uno de los nombres más pronunciados para ser sacrificado o reservado, según se mire. Ya el grancanario sufrió un mal trago en el Mundial de Sudáfrica, cuando tras la derrota inaugural frente a Suiza fue señalado por Vicente del Bosque, que le sentó y no volvió a disputar minutos hasta la semifinal. Y solo fueron cuatro. En la gran final tampoco entró.

Si se va al banquillo a buen seguro al de Arguineguín le vendrá a la mente aquel recuerdo. El mediapunta del Manchester City no ha alcanzado su mejor nivel en los dos primeros partidos. Sin llegar a estar mal, tampoco ha sobresalido, lo que ha sido suficiente para que en muchas previas le coloquen como uno de los damnificados, junto a Iniesta y Busquets, que se encuentra apercibido de sanción. Frente a Marruecos pueden tener su oportunidad Marco Asensio, Thiago, Koke o Saúl, lo que devolvería a Silva al banquillo.

El grancanario, si es de la partida, tendría una nueva oportunidad de quitarse la espina del gol. Aparte de estos dos encuentros frente a Portugal e Irán -86 minutos el primero y 90 el segundo-, disputó 174 minutos en el 2014 -78 contra Holanda, 90 frente a Chile y 6 ante Australia, ya con la selección eliminada-, y 68 minutos en Sudáfrica -62 contra Suiza en el debut y 4 ante Alemania en la semifinal-. Así las cosas, acumula 418 minutos repartidos en tres Mundiales y el gol se le resiste.

El último canario en saborear un gol en el Mundial es Juan Carlos Valerón con el tanto que le hizo a Eslovenia en la fase de grupos del 2002. Pedro Rodríguez, el otro canario que levantó el Mundial del 2010 y también presente en el 2014, no marcó a pesar de que sumó 279 minutos. Es la deuda pendiente del fútbol canario. Y Silva quiere que no pase de este lunes.