La noche de los Reyes Magos es uno de los momentos de las fiestas navideñas favoritas de los pequeños de la casa, y aquellos que ya no lo son tanto. Y es que ¿a quién no le gusta levantarse y ver un salón lleno de regalos? Sin embargo, y a pesar de lo que la publicidad puede influir en los gustos y querencias materiales, no todo es válido para todo el mundo.

Por eso te vamos a dar algunos consejos básicos para no perder la ilusión por levantarse corriendo a abrir obsequios pero a la vez manteniendo la calma.

Los progenitores también deben escribir sus cartas

Hacer la carta a los Reyes Magos de Oriente puede ser una oportunidad estupenda para transmitir valores a los niños aprovechando el contexto que nos brindan las fiestas de Navidad.

Una de las mejores maneras es preparar nosotros mismos una carta en la que aprovechemos para pedir todas aquellas cosas intangibles pero tan necesarias para una familia. De esta forma, cuando se la leamos a los niños, ellos escucharán de nosotros qué cosas valoramos como positivas y, lo más importante, abrirán su mirada más allá de los objetos materiales.

Un ejemplo sobre lo que podemos pedir los adultos en nuestra carta es paciencia para cuando las cosas no salen como nos gustaría, buen humor por las mañanas, sabiduría para valorar todo lo bueno que tenemos en nuestra vida, palabras para poder explicar cómo nos sentimos y que así los demás puedan estar cerca de nosotros, generosidad para dar y perdonar… En la despedida a los Reyes Magos no nos olvidaremos de prometer hacer todo lo que podamos para hacer buen uso de aquello que nos regalen.

Los 10 consejos básicos para hacer la carta a los Reyes Magos

  1. Leer ante el niño nuestra propia carta, si es necesario comentando algún aspecto.

Es importante que comprendan que los Reyes Magos no van a traer todo lo de la lista sino que, entre todos los regalos, elegirán los que ellos consideren más adecuados, por eso podemos recomendarles que subrayen sus dos o tres regalos preferidos para que los Reyes no se despisten. Muchos regalos no implican mucha felicidad, de hecho cuantos menos regalos, más valiosos serán los que se hayan recibido. Otra opción puede ser también establecer un límite sobre la cantidad de cosas que se pueden pedir.

  1. Debemos evitar, en la medida de lo posible, que los niños pidan cosas influenciados por la publicidad o por lo que piden los amigos. Por eso irá bien tener más de una conversación sobre sus ideas en los días previos.
  2. Siempre debemos procurar que haya variedad de juguetes: mecánicos, de ingenio, electrónicos si piden, y otros que requieran habilidades diversas. Todos los juguetes de un mismo tipo limitan mucho las posibilidades de juego de los pequeños.
  3. Invitar a los niños a explicar a los Reyes Magos cuándo o con quién usarán lo que piden. Por ejemplo: "Un juego de mesa para las tardes de domingo con la familia, un juego de construcción para jugar con mi hermana." De esta manera nos aseguramos de que lo pedido podrá tener un uso y que el niño ubica el objeto en un momento real de su tiempo cotidiano. También habrá pensado antes de tenerlo si tendrá que compartirlo y si tendrá compañeros con quien disfrutarlo.
  4. En caso de que los niños quieran pedir videojuegos, juegos electrónicos o smartphones, debemos fijar, desde el momento en que lo pidan, las condiciones de uso de las pantallas (límite de tiempo y espacios donde se podrán utilizar).
  5. Siempre (siempre-siempre) añadir libros para leer. Además los libros podemos contarlos como “extras” y no dentro del número limitado de regalos a pedir (en caso de que lo hayamos establecido así).
  6. Aprovechar el momento de escribir la carta a los Reyes para reflexionar sobre el último año: huir de la fórmula genérica "Este año me he portado muy bien" para concretar qué cosas han ido bien. Por ejemplo: "Este año me he esforzado con la música aunque no tenía muchas ganas, he procurado no descuidarme de poner la mesa ningún día..." De esta manera el niño ve qué cosas valiosas ha hecho en el último periodo y puede sentirse satisfecho.
  7. Aprovechar el momento de escribir la carta para hacer propósitos de mejora. En vez de escribir "Este año me llevaré bien", por ejemplo, es mejor decir: "Tengo intención de hacer todo lo posible para ayudar en casa y de ayudar a mi hermana a vestirse."
  8. Después de escribir la carta, comparar, en una conversación con el niño, su fortuna respecto a generaciones anteriores de su familia y la mayor parte de gente del mundo ahora mismo.