La Semana Santa es todo un mundo. Y no solo por lo que se mueve estos días en el interior de las Hermandades y Cofradías antes de la salida de sus procesiones. Prueba de ello es la exposición de pasos en miniatura que acoge la iglesia San Esteban Protomartir, en La Paterna, y el escaparate de la Mercería Vegueta, en la calle Reyes Católicos. Todo un derroche de imaginación que ha salido de la cabeza y de las manos de Alexis Jiménez, trabajador del servicio de mantenimiento del colegio San Ignacio de Loyola desde hace 26 años.
La afición por recrear la muerte, crucifixión y resurrección de Cristo, le llegó a Jiménez, nacido hace 49 años en la capital, tras visitar durante una Semana Santa Sevilla y descubrir que la grandiosidad de los pasos y tronos que las cofradías y hermandades sacan a la calle también era posible a menor escala. Un arte que en la cultura andaluza es ya tradición como las casitas en miniatura.
"Llevo 20 años haciendo el Belén del centro y cuando vi aquello pensé que yo también podría hacer cosas nuevas. Pero cuando vi cuánto valía cada pieza si las compraba vi que no podía ser. Un día limpiaba los cristales del centro y pensé que con los tapones de las botellas de plástico y unos alambres podría hacer unos candelabros, lo mismo con las tapas de insulina de mi madre, que es diabética", cuenta Jiménez sobre cómo le llegó la inspiración.
Y la imaginación se puso en marcha con materiales de desecho como cartón, retales de tela, tapones de plásticos, cucharas viejas, palillos, entre otros elementos. Su primera pieza fue el Cristo de Medinacelli sobre una caja de zapatos con macarrones, alambre y fieltro.
Y, a partir de ahí, un total de quince escenas de la pasión de Cristo que representan a los pasos que procesionan en diversas partes de España, aunque pasados por el tamiz de la fantasía y del ingenio de Alexis, casado y padre de familia y que se confiesa creyente. "Soy devoto de toda la Semana Santa porque me hace recordar la tristeza de la gente, de las madres que tienen a sus hijos en paro, lejos de casa", explica.
Hasta el propio envoltorio blanco de las galletas Príncipe de Beckelar le ha venido bien para recrear estas miniaturas. El papel simula al mármol de las columnas. Lo mismo le ocurre con el envoltorio de las magdalenas. Le sirve todo. "Los vecinos me guardan cosas y si me encuentro en la basura un portaretratos los cojo porque me sirve para hacer los respiradero de un paso; si veo una silla vieja o un mueble cojo las tenazas y el alicate y quito los adornos, los pomos; todo me sirve", continúa.
Solo compra las figuras en dos tiendas religiosas que hay en la capital, aunque las da una segunda vuelta tanto en la cara como en las vestimentas por lo que las piezas adquieren la personalidad que determina Alexis. El último paso ha sido el de Jesús y la mujer samaritana al que ha puesto luz, como a los demás, e incluso voz, que puede verse en la colección que expone en la iglesia de La Paterna. Es la segunda vez que expone en San Esteban Protomartir, tras el éxito que tuvo el pasado año. En esta ocasión, se lo ha querido dedicar a su madre Elena Talavera, que sacó a nueve hijos adelante y está enferma.
La Semana Santa capitalina le ha inspirado el Jesús de la Burrita, el Cristo Cautivo, el Cristo despojado de sus vestiduras y el Santo Sepulcro. Y su mente sigue dando vueltas para recrear nuevas estampas de la pasión.
Este año ha decidido exponer parte de la colección en la Mercería Vegueta, de la calle Reyes Católicos, para que todo el que no pueda subir a La Paterna pueda admirar su trabajo ya que por ahí pasan cinco procesiones. "No las vendo, aunque un abogado me compró el Jesús atado a la Columna porque es el patrón de los abogados. La gente no paga lo que ha costado hacerlo pero si alguien lo ofrece podemos hablar; lo mismo que si alguien las necesita para recaudar fondos para una causa benéfica también se las presto".
