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Salud

El Negrín practicará este año cirugías intracraneales con pacientes despiertos

El hospital grancanario será uno de los primeros del territorio nacional en ejecutar este procedimiento quirúrgico que beneficiará a un grupo limitado de afectados

Un paciente se somete a una resonancia magnética. EPA

El Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín prevé poder practicar a lo largo del presente año cirugías intracraneales con pacientes despiertos. Así lo pone de manifiesto el doctor Jesús Morera, jefe del servicio de Neurocirugía del centro sanitario capitalino. Según indica el especialista, en la actualidad este procedimiento solo se lleva a cabo en seis hospitales del territorio nacional. "Estas operaciones se realizan anestesiando al paciente para así poder hacer los cortes necesarios. Una vez nos encontremos en el cerebro, procederemos a despertarlo para que nos ayude a realizar las funciones que le solicite un neuropsicólogo que también estará presente en el quirófano", explica el doctor Morera.

Estas acciones podrían centrarse en actividades relacionadas con el lenguaje, el reconocimiento de objetos, o bien, con la propia movilidad. "De esta forma, podremos detectar mejor qué áreas son las más adecuadas para eliminar el tumor sin dañar otras funciones, sobre todo aquellos que se encuentran situados cerca de la zona que controla el habla. Pero hay que decir que es una técnica para tratar casos muy concretos y no podrán beneficiarse de ella todos los pacientes", detalla el jefe del servicio de Neurocirugía.

La iniciativa ha requerido que los profesionales que integran el servicio -neurocirujanos, neuropsicólogos y anestesistas- realizaran una formación de dos años en el Hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona). No obstante, a juicio de Morera, esta técnica no es más que un "complemento" a otros procedimientos quirúrgicos que han permitido tratar de una manera eficaz esta enfermedad. "Un ejemplo lo ponen los sistemas de neuronavegación, de los que disponemos desde hace ya 20 años, y que nos permiten saber en todo momento qué zona del cerebro estamos manipulando con los instrumentos quirúrgicos. Hoy en día lo importante es intentar extirpar el tumor sin ocasionar daño neurológico al paciente", señala el doctor.

Por su parte, la neuromonitorización, que lleva nueve años implantada en el citado centro hospitalario, concede la posibilidad a los neurofisiólogos y neurocirujanos de estimular distintas áreas cerebrales y hacer uso de ellas para proceder a la resección exitosa del tumor.

Otras de las grandes revoluciones han sido los fármacos previos a la cirugía. "Disponemos de ellos desde hace cuatro años y generan fluorescencia en las células tumorales, que se hacen visibles a través de un microscopio. Están especialmente indicados para operar los denominados gliomas, que son los tumores primarios del cerebro", explica el especialista en neurocirugía. Para después aclarar que, "hay que distinguir entre los tumores intracraneales y los específicos del cerebro, que son precisamente los gliomas".

A pesar de todo, los tumores cerebrales primarios siguen teniendo un índice de mortalidad muy elevado. Sobre todo los clasificados en grados 3 y 4. "Otros como el meningioma, el oligodendroglioma, o el neurocitoma tienen un pronóstico mucho más esperanzador".

Pero otro de los grandes retos de la ciencia radica en los tratamientos quimioterápicos para abordar esta afección. De hecho, son los que menos han conseguido avanzar en el transcurso de los últimos 15 años. "Es cierto que ha habido progresos y existen fármacos específicos, pero no son comparables con los logros obtenidos para otros cánceres como pueden ser el de mama, colon, o pulmón", sostiene el neurocirujano.

Según esclarece el profesional, estos tipos de fármacos son muy distintos a los indicados para otras patologías "puesto que tienen que ser capaces de atravesar la barrera hematoencefálica que tiene el cerebro, ya que rechaza la entrada de muchos de ellos".

Pero la otra cara de la moneda la pone la radioterapia, que puede presumir de una notable evolución en los equipamientos de los sistemas al ser más precisos y provocar menos efectos secundarios.

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