363 días y 26 fichajes. La deriva de la UD, que se cerró con ocho incorporaciones. En esa ventana de fichajes, bajo la supervisión de Paco Jémez en el 'ciclo del camuflaje', la UD trazó las líneas maestras de una revolución kamikaze para evitar el descalabro del descenso.
El arreón final en enero tuvo un coste de cinco millones. El cortafuegos se tradujo en solo dos victorias -ante Valencia. Se bajó con el mayor presupuesto de la historia de Las Palmas: 75,4 'kilos'.
De nuevo en diciembre y a las puertas del mercado invernal -se abre el 1 de enero-, el presidente de la UD Miguel Ángel Ramírez confirmó el pasado lunes en la emisora oficial que vuelven a la carga. No se rinden. Habrá fichajes. Ya lo adelantó este medio el pasado 5 de diciembre. Tras completar 18 adquisicones en verano -se incluye el regreso de Sergio Araujo- e invertir 19,2 millones, el proyecto se tambalea. En este curso se ha gastado más que en la 2015-16 en Primera -16 'kilos'-.
El cuadro amarillo, con el segundo mayor tope salarial de la competición de plata, suma una victoria en las últimas trece jornadas y es el cuarto más batido de la categoría.
"Vamos a hacer un último esfuerzo en el mercado invernal. Espero que las decisiones que tomemos sirvan para acertar en la segunda vuelta. Hemos invertido mucho dinero, nos hemos arriesgado en fichajes, nunca me he rendido en mi vida y no lo haré ahora", aseguró Ramírez, el pasado lunes, en los micrófonos de UD Radio.
De Setién a Herrera
Si se suman los dos terremotos de rostros benditos, el de enero, con Jémez, y el de este verano, con Jiménez -ya despedido-, la cifra de altas es de 26. Y con una inversión de 24,2 millones. "Creíamos haber confeccionado un equipo de los más competitivos, pero la realidad de la clasificación no es así. Tomaremos las decisiones oportunas en el mercado invernal para revertir la situación (...) Queda mucho y hay que centrarse, corregir errores y ser perseverantes. Esa ilusión es la que hace que uno trabaje. Me dedico en cuerpo y alma a la empresa de la UD", resalta el mandatario, que hoy presenta el ejercicio contable.
Cabe reseñar que en la 2017-18, penúltimos, la entidad invirtió 35,5 millones un plantel de lujo con Víctor Machín 'Vitolo' -jugó seis meses y la operación costó seis kilos como desveló Ramírez-, Rémy, Viera, Vicente, Tannane, Aquilani, Samper...El esfuerzo fue muy superior a la del curso anterior, 2016-17 con Setién, que se quedó en 24 'kilos' y se logró la permanencia.
Tras el baile de estrategas -Márquez, Pako Ayestarán, Paquito Ortiz y Jémez-, se apostó por Manolo Jiménez. Duró 14 jornadas o 175 días en el cargo. Dejó a la UD en puestos de promoción. Y sería la última vez que los amarillos latiesen en la zona de privilegio. Llegó Herrera y el desplome en cinco batallas. Guarismos de pánico: dos puntos de quince, cero victorias, trece goles encajados, cinco en contra...Y la evidente putrefacción de una idea. "Nuestra cultura es el balón", repetía Paco Herrera, que no ha logrado frenar la sangría de goles recibidos.
Desde la afamada renuncia de Setién a seguir en el banquillo de la UD -marzo de 2017-, el cuadro isleño colecciona entrenadores (6). Se añora un estilo de juego, el rol de la cantera es un misterio y el porcentaje de acierto de la estructura deportiva -aquella que le ganó la batalla a Setién por la cuota de poder- se reduje al 0%. Queda la disculpa de Ramírez como única garantía de redención. "Fuimos de sobrados". Del resto de ejecutivos, el silencio cómplice. Toni Cruz -hizo la maleta el 19 de mayo- se despidió con una carta y Luis Helguera encontró acomodo en el Levante UD. Toni Otero, actual responsable como secretario técnico, comienza a quedar en evidencia por el nivel mostrado de las 17 adquisiciones (Raúl Fernández, Álvaro Lemos, De la Bella, Cala, Ruiz de Galarreta, Timor, Mesa, Rubén Castro, Rafa Mir, Nauzet Pérez, Blum, Fidel, Deivid, Pekhart, Martín Mantovani, Hadi Sacko y Christian Rivera). En defensa del ciclo anterior en los despachos -Cruz y Helguera- jamás contaron con la opción de tirar de billetera. Una fórmula que entró en el circuito de la UD este mismo verano tras pagar traspasos por activos como David Timor, Lemos, Fidel o Galarreta.
Pérdida de identidad
De forma paralela, al torrente de fichajes, se ha producido la marcha de seis líderes espirituales de la caseta como Aythami Artiles, Hernán Santana, Jonathan Viera, David Simón, Vicente Gómez o Raúl Lizoain. Contabilizan 593 partidos y ejercían de guardianes del escudo. La reconstrucción forzada tras el descenso deja la huella de falta de liderazgo. Las acusaciones del cancerbero Raúl Fernández -aseguró que "los que estamos comprometidos y con ganas de defender el escudo de la UD , a muerte; el que esté dudando y no sepa qué hacer, que se marche. Es momento de juntarnos y de estar comprometidos"- abre un nuevo cisma.
El lunes 7 de enero se retoma la competición ante el modesto Rayo de Majadahonda en el Cerro del Espino. Una victoria en trece jornadas enciende el piloto rojo de un club a al deriva. Tras un año de apuestas fallidas, 2019 es el jardín del renacer. Ramírez vuelve a la carga.No puede errar. Esta espiral lleva al abismo.
