Dos inercias totalmente distintas se cruzan el próximo sábado (17.15 horas, Movistar Vamos) en Riazor: la negativa de la UD Las Palmas, que suma cuatro empates y una derrota en las últimas cinco jornadas; y la positiva del Deportivo de La Coruña, que ha hecho pleno, lo que le ha permitido salir de la zona de descenso después de mucho tiempo. La última victoria la consiguió ayer, en Albacete (0-1). El cuadro amarillo, en cambio, evidenció ante el Tenerife su tendencia a la baja en el derbi del sábado.
Cuatro puntos de uno frente a 15 del otro han acercado a ambos en la clasificación. El Dépor, además, igualó una racha que no había vuelto a experimentar desde 2012. Los blanquiazules, en definitiva, han vuelto a sonreír desde la llegada de Fernando Vázquez al banquillo, el último hombre que le llevó al ascenso -2015-. Un mes después, sueña con alcanzar la promoción.
Esa de la que la UD continúa a un sólo punto de distancia pese a su mala serie de resultados. Porque aunque no ha ganado, sólo ha perdido una vez. Coincide el bajón con la marcha de Jonathan Viera y la consecuente pérdida del talento que la había llevado a la parte alta de la tabla, pero también con la falta gol -Rayo Vallecano, Fuenlabrada y Zaragoza- y de ambición -Santander-, y lo que es peor, de argumentos futbolísticos -Tenerife-.
El Deportivo, en cambio, ha encontrado en la solidez defensiva la fórmula para resucitar, la misma que siempre caracterizó a los equipos de Vázquez, aunque el primer triunfo -contra el Tenerife (2-1)- de la secuencia triunfadora llegó cuando Luis César Sampedro todavía era el técnico.
Cinco incorporaciones
Pero también le ayudaron los cinco millones de euros que inyectó al club un banco importante de Galicia, de los cuales dos fueron destinados a fichajes, o las incorporaciones de Emre Colak, Sabin Merino, Claudio Beauvue, Uche Agbo y Hugo Vallejo, aunque estos dos últimos todavía no han debutado -se prevé que lo hagan el sábado-.
Y así, con la savia nueva, la fortaleza atrás y la renovación del estado de ánimo el conjunto gallego consiguió ganar después al Numancia (0-1), al Racing de Santander (2-1), al Cádiz y al Albacete. En medio, fue eliminado de la Copa del Rey por el Unionistas de Salamanca en los penaltis.
Mientras el Dépor despegaba, Las Palmas bajaba. Fue mejor ante el Rayo, el Fuenla y el Zaragoza, pero desaprovechó las ocasiones claras de las que gozó. Pero desde entonces la falta de lucidez de cara a la portería contraria pasó a un segundo plano, porque el grupo de Pepe Mel fue incapaz de doblegar al colista -Racing- y a un rival que jugó con uno menos desde el minuto 22- por cuestiones que nada tienen que ver con el acierto, sino con la actitud y las capacidades.
Afronta la UD la cita de Riazor con ocho bajas confirmadas, lo que no ayuda a la hora de recuperar el vuelo, pero con la necesidad de recuperar el camino, del que se desvió en las dos últimas jornadas. En frente tendrá a un Deportivo al alza y lleno de confianza. Será el duelo de las rachas opuestas, la del enfermo que no se recupera de la marcha de su mejor jugador y quiere recuperarse, y la de uno que acaba de volver a la vida.
