Muere Marciano Acuña Brito, el último herrero de Haría y padre del exalcalde Marci Acuña

Tenía 93 años y conservaba el taller y la fragua en la que trabajó durante toda su vida

Marciano Acuña Brito, último herrero de Haría

Marciano Acuña Brito, último herrero de Haría / D. P. L.

Marciano Acuña Brito ha fallecido este martes en Arrecife a los 93 años de edad. Herrero de profesión, es el último representante de ese oficio que quedaba en Haría, de donde era natural, y uno de los pocos artesanos de ese sector en Lanzarote. Aún conservaba la fragua y el taller en la que ejerció su labor durante buena parte de su vida.

Entre otras creaciones, de sus manos y de sus herramientas salieron numerosos aperos de labranza para los agricultores lanzaroteños, como escardillos y plantones. También ejerció de mecánico de coches (cuando era joven) y de fontanero.

Marciano Acuña Brito.

Marciano Acuña Brito. / D. P. L.

Este conocido profesional del norte de Lanzarote es padre de Marci Acuña Betancort, exalcalde de Haría, exconsejero del Cabildo de Lanzarote y exparlamentario regional por Coalición Canaria (CC). Además de Marci, tiene otros dos hijos, Orlando y Carmen Sonia, y seis nietos. Su viuda es María del Carmen Betancor Montero.

Regenerador de la herrería

Marciano "conocía las técnicas manuales empleadas en la fragua antes de la revolución eléctrica", señala Echedey Sánchez Bonilla, autor del libro Haría: Cuna de la artesanía de Lanzarote. Desde temprana edad, empezó a trabajar en la herrería del maestro Fermín Santana López en el pueblo de Máguez (1942) con el que "no cobraba, pero aprendía".

Tras finalizar el servicio militar en Cabo Juby, regresó a Lanzarote y montó un primer taller en la vivienda de su madre y en 1959 levantó su propio taller, donde conserva una fragua hecha con un bidón con la que siempre ha trabajado en su admirado oficio artesanal.

"Con las ballestas reutilizadas de los coches, soldando con la fragua y el motor de un coche antiguo, un Hillman, que compró, arreglaba los fondos de los calderos en la época de la última posguerra española y elaboraba numerosos aperos de labranza (plantones, tanganillas, azadas, arados y escardillas), rozones para pequeños barcos y una cocinilla -alimentada con petróleo- en la que grabó la denominación de 'invencible', junto a su nombre y el de su esposa artesana, María del Carmen Betancor Montero", rememora Sánchez Bonilla.

Sus creaciones tenían éxito en Haría, Teguise (Los Valles) y Tinajo por su duración y calidad. También realizó algunos talleres de herrería, por ejemplo, con la Asociación del Queso y el Vino, con la finalidad de que este noble oficio tuviera continuidad. "Marciano es uno de los integrantes de la regeneración herrera del siglo XX en el municipio de Haría", subraya el autor. 

La capilla ardiente se encuentra instalada en el Tanatorio Municipal de Haría. Su despedida será mañana miércoles, 18 de enero, en la Iglesia Nuestra Señora de la Encarnación de Haría a las 12.00 horas. Acto seguido, sus restos mortales serán inhumados en el Cementerio Municipal de Haría.

Descanse en paz.