Muere el empresario Héctor Campillo, valedor de la reparación naval en Canarias
El asturiano afincado en las Islas fue uno de los fundadores de Femepa e impulsó durante su presidencia el área de formación de la federación

Héctor Campillo cuando era presidente de Femepa. / LP/DLP
El empresario Héctor Campillo, uno de los principales valedores del sector de la reparación naval en Canarias, falleció el pasado 21 de enero en Mallorca a los 90 años. Asturiano de nacimiento pero canario de corazón, ya que fue en Gran Canaria donde se afincó y formó una familia, fue una de las personas que más luchó por impulsar el asociacionismo en el sector del metal tras el fin de la dictadura y un defensor acérrimo de la importancia de la actividad portuaria en la economía del Archipiélago.
Sus más cercanos lo recuerdan como un hombre con carácter, pero muy dialogante, colaborador y con excelentes dotes de comunicador. Bajo su batuta, sus dos empresas, Electroliticas Canarias SL y Cercasa, despuntaron en el sector, llegando a introducir metodología revolucionaria para la época como la electrólisis, que permitía arreglar algunas piezas dañadas por el desgaste en lugar de sustituirlas, lo que aceleraba los tiempos de reparación.
Junto a otros empresarios como Eligio del Toro, Antonio Betancor o Manuel Calderín formó parte del equipo que acabó conformando la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa del Sector del Metal de Las Palmas (Femepa), que vio la luz en el año 1977 después de más de un año de reuniones casi diarias. El objetivo era fomentar el asociacionismo en el sector para poder tratar de tú a tú con unos sindicatos, que comenzaban a despuntar tras los años de dictadura, y con el gobierno, para trasladarle las carencias y demandas en un momento en el que casi todo estaba por hacer. Fue además su cuarto presidente, entre 1992 y 1998, y durante esta etapa se encargó de impulsar el departamento de formación de la entidad, ofreciendo cursos constantes para trabajadores, empresarios y parados. Su lema: «Nosotros luchamos por el interés general de Femepa y no por el de cada quien», demostraba el interés que Campillo tenía por hacer crecer esta federación, ya que opinaba era la única vía para que el empresariado del sector pudiera conseguir sus objetivos de forma común.
A su vez ostentó en varias ocasiones la presidencia de la Asociación de Reparaciones Navales de Las Palmas (ARN) e impulsó también la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), institución que quiso presidir en 1993 sin llegar a obtener el cargo.
En su faceta más personal fue un hombre al que le gustaba ayudar a los demás. Colaboró durante años con los Salesianos, donde también estudiaron sus hijos, y llegó a ser presidente de su club baloncesto, un deporte con el que siempre estuvo relacionado. Además, fue nombrado en 1995 consejero del Gran Canaria C. B. Sociedad Anónima Deportiva, a petición de su entonces presidente, Lisandro Hernández. Un nombramiento con el que, según las palabras del propio Campillo entonces, pretendía zanjar el mito de las malas relaciones entre ambos equipos, que mantenían una rivalidad histórica.
Héctor Campillo falleció el 21 de enero en la localidad de Manacor en Mallorca, donde se había trasladado a vivir con sus hijos que residían allí. El funeral se celebra hoy en este municipio de las Islas Baleares.
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