Llegó al cine de la mano de Julio Medem, procedente de una familia de artistas; asombró con 'Camino' y conquistó a la audiencia televisiva con 'Hispania'. Ha estado en Palma de Mallorca y allí hemos hablado con ella sobre su experiencia en el cine y sus próximos retos.

—¿Qué hace irresistible a un personaje?

—A los personajes que doy vida les pido que me hagan sentir y que me supongan un reto. Cada proyecto que abordo tiene que resultarme interesante y la historia debe engancharme y divertirme. Elijo por impulsos, soy una actriz de impulsos, aunque eso tenga sus riesgos.

—¿Cuál ha sido su papel más duro?

—Sin duda, el de Secuestrados [del director Miguel Ángel Vivas]. Fue una película que se rodó en 12 días, en plano secuencia, cada día uno, de unos 10 ó 12 minutos. Físicamente fue muy cansado y mentalmente, algo tremendo. Acababa temblando, con llantos y gritos. Encima el rodaje era nocturno, de seis de la tarde a seis de la madrugada. Fue muy duro.

—¿Qué significó para usted empezar su carrera en el cine con un papel protagonista como el de ‘Caótica Ana’?

—Fue una alegría que me hizo sentir al mismo tiempo mucho miedo, sentimientos encontrados. No sabía si sería capaz, pero Julio Medem me dio toda su confianza. Trabajé mucho, y la seguridad te la da el trabajo. Durante cinco meses solo viví en el mundo de Caótica Ana. Era lo único que me interesaba. Lo único que me inspiraba era ser actriz. Y gracias a aquella experiencia, me corroboré como actriz.

—¿Fue Medem, un director tan especial, un buen maestro?

—Sí. Con él aprendí a trabajar desde la verdad, desde la sensibilidad, desde la naturalidad y el sentir, desde uno mismo, siempre concentrada y a flor de piel. No me permitía abstraerme ni un minuto.

—¿Qué satisfacciones le reportó una serie como 'Hispania'?

—Hispania ha sido un regalo en mi carrera que me ha permitido descubrir una época, gozar con un vestuario de lujo, montar a caballo, sentir la muerte de cerca, vivir en el campo...

—¿Cómo se logra conjugar audiencia con calidad?

—Con un buen guión y un buen reparto, e Hispania los tenía. El reparto era impresionante y me permitió aprender mucho. La trama era profunda e interesante. Y el final fue duro y emotivo. Todo el equipo acabó llorando, y yo, con Viriato muerto en mis brazos.

—Usted completó su formación en Londres y con clases de canto. ¿Cuándo hará realidad su sueño de verse en un musical?

—Me gusta mucho cantar y he tenido la suerte de hacerlo en dos películas: Camino y Buscando a Eimish. El musical es el espectáculo más completo y sigo viéndolo como uno de los retos más gordos.

—"Es complicado ganarse la vida con esto", ha dicho. ¿Se imaginaba la profesión como la vive?

—No, es mucho más complicada que lo que pensaba. Ser actriz es algo más que actuar. Es presentarse a castings, rodajes muy exigentes, hacer promoción, posar en photocalls, salir en revistas, relacionarse con gente distinta...

—Nacida en el seno de una familia de artistas, escritores, diseñadores, arquitectos... ¿Cuando descubrió su vocación?

—De muy pequeña, viendo películas de Marisol y Mary Poppins, y más tarde, en el teatro del colegio. Sentí la llamada de la interpretación con la obra Madrugada de Buero Vallejo.

—¿Qué proyectos baraja?

—Tengo pendiente el estreno de Somos gente honrada, con Paco Tous y Unax Ugalde, y un serie en México. Y pienso reencontrame con el teatro, con una obra de microteatro llamada Amor casual, con Miguel Angel Muñoz.