La leyenda en torno al rodaje de 'Lawrence de Arabia' (David Lean, 1962), una de las películas más importantes de la historia del cine, es un relato como el de la propia epopeya que narra: épico, único, apasionante e irrepetible. La cinta arrasó en los premios Oscar del año siguiente al de su estreno, ganando siete estatuillas de las diez a las que estaba nominada, incluyendo mejor película, director y actores, Peter O´Toole y Omar Sharif. La película está considerada todavía hoy en día como una de las mejores historias épicas rodadas -si no la que más- de todos los tiempos.

Omar Sharif (Alejandría, Egipto, 10 de abril de 1932), el inolvidable jerife Alí ibn el Kharish en la película, no era más que un desconocido actor egipcio cuando fue contratado por el propio David Lean en persona para coprotagonizar esta inolvidable historia.

"La verdad es que fue un milagro. Para ser sincero, un auténtico milagro. Yo no era más que un actor egipcio que había hecho algunas películas de bajo coste en mi país de origen. De repente, David Lean -que buscaba un actor árabe de verdad- hizo un casting mirando unas fotografías de actores originarios de todos los países de la zona. Y encontró la mía", recuerda esta leyenda cinematográfica.

Por aquel entonces el joven Omar apenas hablaba inglés por lo que el papel, más allá de la fotografía que el director había visto, podía ser difícil de acometer: "David Lean ni siquiera sabía si yo hablaba inglés. No sabía quién era yo. Sencillamente me mandó llamar y me preguntó '¿Hablas inglés?' Yo respondí 'sí'. Entonces él me dijo: 'Ven'. Y así fue como, de repente, me vi en el desierto con él y me convertí en una estrella. Pasé de ser un pobre actor egipcio a una rutilante estrella", comenta.

David Lean era entonces uno de los más respetados directores del mundo. Películas como 'Sangre, sudor y lágrimas', 'Breve encuentro', 'Oliver Twist' o 'El puente sobre el río Kwai' así lo demostraban. Era por ello que rodar a las órdenes de uno de los mejores directores de la época podía parecer un problema. Pero no lo fue en absoluto para el joven Omar. "Lo mejor, lo maravillosamente afortunado de todo esto fue que yo era árabe, y tenía que interpretar a un árabe. Pensé que tras ese papel nunca más volvería a hacer ningún otro de relevancia, pero se convirtió en una oportunidad maravillosa en la que David Lean me mostró cómo actuar. Él era muy claro y directo cuando hablaba conmigo. Se creía que yo era su hijo, y de hecho me consideró como tal durante mucho tiempo", rememora Sharif.

Un rodaje sin fin

El faraónico rodaje de 'Lawrence de Arabia' es considerado, todavía hoy, uno de los más espectaculares y largos de la historia. Los meses transcurrían implacables en el sofocante desierto mientras la filmación de la película parecía que no iba a terminar nunca.

"A David Lean le encanta rodar, más que a cualquier otro director con el que haya trabajado. Y he trabajado con muchos, pero ninguno que ame tanto la actuación ni la dirección como él. Y ese es el motivo por el que esta película tuvo un rodaje tan largo, porque en realidad no quería terminar la película. Quería rodar durante al menos un año porque él, lo que más amaba, era estar rodando. Mucho más que el resultado final. Le encantaba trabajar en la película, trabajar con los actores, con la gente, con los fotógrafos. Era una persona estupenda", añade el intérprete.

Parte del rodaje se realizó en la provincia de Almería. La playa del Algarrobico de Carboneras, el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar o el desierto de Tabernas fueron algunas de las localizaciones que usaron para rodar la película. Incluso algunas calles de la misma ciudad de Almería salen en la película. Junto a las localizaciones almerienses, también se rodó en Sevilla, en lugares como la plaza de España, el palacio de Medinaceli o la plaza de América.

"Para David Lean fue algo extraordinario. Él no era una persona para estar en el desierto. De hecho, nunca había estado antes. Pero una vez que lo pisó, se enamoró. No quería dejarlo. La razón por la que nos llevó más de un año y medio su rodaje fue que David no quería dejar la arena, no quería alejarse del desierto. Todos le pedíamos que por favor finalizara porque estábamos lejos de nuestras esposas y familias. Estábamos en el abrasador desierto viviendo en tiendas. Nos traían la comida en aviones desde Inglaterra que tenían que aterrizar en medio del desierto para que pudiéramos comer. Pero para David eso era lo excitante. No quería terminar el rodaje. Si por él hubiese sido, habría seguido rodando toda la eternidad", explica.

El rodaje, que al final se alargó cerca de dos años, fue una auténtica prueba de fuego para todo el equipo. No sólo por las duras condiciones de trabajo en el desierto, que les planteaba nuevas dificultades y retos a diario, sino porque además el filme reproducía con fiel exactitud un momento clave de la primera guerra mundial: los enfrentamientos bélicos entre las milicias árabes contra el poderoso imperio otomano.

"Lo peor fue que no vi a mi mujer prácticamente en un año porque estábamos en el desierto y tuvimos problemas para llegar desde Egipto. Y David no quería que yo volviera a mi país. Quería que me fuera a EEUU. Un día me dijo: 'No quiero volver a verte haciendo una película en la que hagas de árabe. Si vuelves a hacer de árabe, será tu fin. Nunca serás una estrella'. Entonces fue cuando él mismo me ayudó con mi siguiente papel", comenta Sharif.

Un reparto único

Gracias a la especial relación que surgió entre aprendiz y maestro, entre Omar Sharif y David Lean, el egipcio volvió a protagonizar otra de las grandes películas del director: 'Doctor Zhivago'. "David Lean quería que volviera a trabajar con él una y otra vez porque le encantaba estar conmigo. Yo era muy amable con él, pero a la vez me imponía mucho respeto. No quería cometer errores y deseaba que mi actuación fuera correcta porque la película se iba a proyectar en EEUU y en el resto del mundo. Toda mi vida empezó con 'Lawrence de Arabia' y con David Lean en el desierto. 'Doctor Zhivago' fue algo completamente diferente para mí. Imagina, yo haciendo de ruso. Pero desde el rodaje de 'Lawrence de Arabia', David quería que me convirtiera en un actor para todo el mundo", añade.

La maravillosa película, considerada por el American Film Institute como una de las diez películas más importantes de la historia del cine y el filme de aventuras más importante jamás rodado -incluso por delante de Ben Hur- puede presumir de haber contado con uno de los repartos de más calidad que jamás se haya visto. Protagonizada por un desconocido Peter O´Toole, y con Alec Guinnes, Anthony Quinn y José Ferrer, entre otros. "Peter O´Toole se convirtió en mi mejor amigo. Siempre estábamos el uno con el otro. Y al estar rodando en el desierto podíamos pasar las horas muertas juntos, contemplando la luna y las estrellas. Por las noches solíamos sentarnos a beber y a conversar, por lo que nos hicimos grandes amigos. Y me ayudó convertirme en actor. En un actor mejor", explica Sharif.

Medio siglo de una obra maestra

Pero ya han pasado cincuenta años desde aquel épico rodaje, y con el paso del tiempo las anécdotas se agolpan en la cabeza del actor egipcio. "Son los mejores recuerdos de mi vida. Aquello me hizo ser alguien. Conocí a David Lean, me hice amigo de Peter O´Toole y también de todo el resto de actores, los mejores actores del mundo, como Sir Alec Guinnes. Tenía las manos tan pequeñas... Y siempre las ocultaba. Peter y yo -continúa- solíamos sentarnos a verle cuando actuaba. Habríamos estado siempre viéndole y aprendiendo de él porque era maravilloso verle hablar y gesticular con las manos. Se avergonzaba de lo pequeñas que eran, pero verle cómo las movía, tan discretamente, era fabuloso. Una vez que has hecho una película así no necesitas hacer ninguna otra. Esa es la verdad".