Buen previo a los Goya el que hizo La1 gracias a +Gente, que mando a Roy Groba y Elena Sánchez a la alfombra roja, si, como suena, roja. Sirvió para frivolizar un poco con los modelitos de ellas, pero sobre todo para crear expectativas viendo a la gente del cine entrar a la sala y hablar de sus trabajos. Al tajo. Recibamos a las autoridades como se merecen, decía Eva Hache, no, como se merecen no, recibámoslas bien. Genial. Fue un arranque y monologo de presentación soberbio, con pulso, con palitos aquí y allí, sin herir mucho en lo político pero sin olvidar casi nada de lo social.

Ni económico. El IVA fue un personaje más, incluso en el discurso peleón de Enrique González Macho, que estuvo inspirado cuando dijo, por mucho que a la caverna le moleste, que el cine no es ni de los de la ceja, del bigote o de la barba. El cine es de todos. Buen discurso. Y luego, impresionante Candela Peña con sus breves pero valientes palabras.

Y superior la gran Concha Velasco, maestra, actriz las 24 horas, simpática, dramática, lirica, total. Y lo del fatal error de los entregadores Adriana Ugarte y Carlos Santos en el premio a la Mejor Canción Original -se ve que manejar sobres solo lo hacen bien algunos. Y el seco discurso de Corbacho que solo saludo al ministro Wert el 21%.

Y la serena contundencia de la sensata Maribel Verdú, que de premiada mala madrastra paso a ejemplar ciudadana recordándonos las injustas muertes de compatriotas a manos de los ricos, así, por muy demagógico y simplón que suene. Por cierto, ¿qué fue de Wert para el realizador? Nunca más se vio. Aun así, gran gala. Mientras todo esto sucedía, Luis Bárcenas apareció en Barajas riéndose de todos. De usted, de mí. Sinwertguenzas.