La estrella ucraniana, de 33 años, cuerpo menudo y exótico y bello rostro, empieza a recoger los frutos de su trabajo desde que en el 2008 se convirtió en la chica Bond número 83 de la mítica serie. Cuando se estrenó Quantum of Solace se mostró orgullosa de participar en ella "porque por primera vez el personaje femenino no es un florero, y yo pretendo huir de ese estereotipo que considero ofensivo". Recuerda que le dio tal alegría al saber que había sido elegida entre tantas aspirantes, "que me eché a la calle a comprar una botella de vodka".

Al tiempo, se estrenaban otras dos cintas que la convirtieron en heroína de acción: Hitman y Max Payne, dos videojuegos trasladados con éxito a la pantalla, la última de ellas coprotagonizada por Mark Wahlberg. Cinco años después, eclosiona con tres nuevos títulos. El más destacado, Oblivion, adaptación de un cómic de ciencia ficción que la empareja con Tom Cruise. En ella, la Tierra ha quedado irreconocible tras la más destructiva de las guerras.

Cruise es un mecánico encargado de rastrear los escasos recursos, convencido de que no quedan más humanos en el planeta, hasta que descubre a una mujer (Kurylenko) en una cápsula de soporte vital. Un argumento que, con 120 millones de dólares de presupuesto, convierten el filme en estreno sonado. La actriz destaca en otros dos títulos de prestigio: To the Wonder, drama romántico del enigmático Terrence Malick (El árbol de la vida), donde encarna a una mujer que lo abandona todo por amor a un dubitativo

Ben Affleck, y la comedia inglesa Siete psicópatas, junto a Colin Farrell, un tributo al cine independiente que, dice, le interesa especialmente. Kurylenko nació en la ciudad balneario de Berdyansk en una familia muy humilde -si le preguntan por el secreto de su belleza, bromea que debió de ser su dieta infantil, a base de repollo- que, sin embargo, se esforzó por pagarle clases de interpretación, después de que descartó su primera vocación: la danza.

Descubierta como modelo por un cazatalentos en el metro de Moscú, viajó a París con 16 años y triunfó en esas pasarelas que afirma "haber abandonado para siempre porque el trabajo de modelo y el de actriz no acaban de llevarse bien". Su próximo filme, la fantástica Empires on the Deep, la convertirá en sirena. Un año intenso, sin duda.