"'Homeland' es más grande que sus personajes". Así de rotundo se muestra uno de sus protagonistas, el británico Damian Lewis, que confía en que su Brody permanezca en la historia todo el tiempo que ésta dure, pero reconoce que "siempre se puede matar a un personaje".

"Yo he firmado por toda la serie", afirma el actor, que sin embargo no duda en apostillar misterioso: "Si sobrevivo".

Porque está convencido de que tanto Carrie (Claire Danes) como Brody podrían morir pese a ser los absolutos protagonistas de una serie que ha ganado cinco Globos de Oro y ocho Emmy. Si cualquier de ellos mueren, "sería muy traumático, sería como vender a Ronaldo, pero es algo que puede pasar. Eso es lo que hace la serie tan emocionante".

Lo que de momento sí puede garantizar es que está en la tercera temporada que se estrena este martes en Cuatro, con un doble capítulo marcado por la ausencia de Brody, el desconcierto de Carrie (Claire Danes) y la búsqueda de respuestas por parte de la CIA tras la explosión en su cuartel general de Langley, con la que se cerró la segunda entrega de esta serie de culto.

Lewis (Londres, 1971) habla por teléfono con cuatro periodistas españoles, uno de ellos de Efe, y trata de no desgranar lo que ocurre en esta nueva temporada estrenada hace menos de un mes en Estados Unidos, mientras encadena símiles futbolísticos.

"Brody y Carrie son galácticos", asegura sin pudor sobre unos personajes complejos en una historia política que no duda en centrarse en las imperfecciones de la vida.

"La vida no es blanco y negro, la vida es mucho más gris", reflexiona Lewis al ser preguntado sobre la CIA, un importante personaje dentro de la serie, una organización "imperfecta, pero que es la mejor opción de defensa de los americanos".

La CIA, el papel de Estados Unidos en Afganistán, el efecto de la guerra en los militares y las relaciones personales entre personajes desgarrados y en permanente conflicto es lo que cuenta "Homeland", una de las series mejor recibidas por la crítica en los últimos años.

Una historia que no para de cambiar y de girar hacia donde menos se lo esperan los espectadores, un riesgo, ya que, como señala Lewis, los seguidores de una serie son parecidos a los hinchas de un equipo de fútbol, "se sienten traicionados rápidamente si la historia no va por donde ellos quieren que vaya".

Y ese amor por la historia eleva una presión evidente desde el momento en el que la serie se convirtió en un éxito mundial. "La gente puede sentirse personalmente muy apegada a una serie de televisión", reconoce.

Aunque eso no se ha traducido en un odio personal a Lewis por interpretar a un personaje que es un terrorista, un enemigo del estado o un desequilibrado, va en opiniones.

Solo ha tenido "problemas", cuenta divertido, con agentes de seguridad en los aeropuertos, que le gastan bromas del estilo de "deberíamos subir contigo al avión" o "nos vas a poner nerviosos".

Pero no es la primera vez que el británico ha estado implicado en proyectos populares. Participó en "Hermanos de sangre", aunque reconoce que "'Homeland' ha tenido un efecto inmediato en la gente".

Un trabajo maravilloso, "con guiones geniales y un equipo fantástico" que le ha permitido interpretar a un personaje lleno de aristas, en una historia que no se centra en la búsqueda de felicidad, sino en "la complejidad, el sentido de la culpabilidad y otros grandes aspectos de la vida".

Su personaje, Brody, es un hombre que durante mucho tiempo ha sido un sirviente de muchos maestros, que se enroló muy joven en los marines y que solo empieza a pensar por sí mismo cuando es secuestrado en Afganistán.

"No creo que Brody sea una persona feliz, pero creo que va a sobrevivir. Continuará con su vida a través del mundo, como un antihéroe profundamente infeliz. Como una cucaracha, nunca morirá, pero su vida siempre será difícil", explica.

Y frente a él, el personaje de Carrie, la verdadera heroína de la historia en su opinión. Que cree en la importancia de hacer lo correcto y lo intenta duramente mediante el servicio a su país pese a sufrir una enfermedad que le hace estar aislada.

Una serie de personajes que acabaron destrozados al final de la segunda temporada. Y eso es lo que tendrá que resolver esta tercera entrega, que Cuatro tratará de que vaya lo más pegada posible a la emisión en Estados Unidos.

La serie se tomará su tiempo para examinar los efectos de la explosión en la CIA y explorará cómo ese hecho ha afectado a las instituciones y a los individuos, regresando a una vertiente psicológica por la que la serie ya discurrió en su primera etapa.

Y entre reflexiones de la serie y análisis de su "complejo e impredecible" personaje, Lewis recuerda divertido el tiempo que pasó en España cuando era un veinteañero, actuando en las calles de Madrid, bañándose en el Guadalquivir, en los toros o recorriendo la Costa Brava.

Gracias a aquella época se siente capaz de acabar la charla con un expresivo: "¡Adiós, hasta la próxima!".