Nervios, muchos nervios. Los roces de la convivencia hacen mella y las bromas comienzan a convertirse en ataques personales. Por ese motivo, la dirección tomó medidas disciplinarias con los concursantes. En la casa no se respira buen rollo desde los primeros días de concurso, sin embargo las faltas de respeto se han convertido en una constante. Cuando salta la chispa, los de siempre (Bárbara, Adara, Clara, Bea, Pol y Miguel) suben los decibelios y entran en bucle.

Noche, además de repesca, con un apartamento donde quedaron claras las intenciones de cada uno de los aspirantes: Candelas, Fernando y Pablo. El gaditano y la asturiana sacaron las garras y se dedicaron todo tipo de calificativos a cual más hiriente. Los tres estaban deseosos por regresar a la casa, la información les permite jugar sus cartas, aunque también sea un arma de doble filo. La segunda de quedarse con las ganas fue la asturiana. La repesca estaba entre el sanluqueño y el gofrero zamorano. Los usuarios de la app decidieron que regresara a la casa Fernando. Blanco y en botella.

La comida es uno de los principales motivos de 'bulla'. Los robos y los repartos son causa de conflicto constante entre los dos bandos. El grupo de la rubia lo utiliza como gamberrada intencionada y los aliados de Clara están a la que saltan. Bea fue la última en picarse y se lió parda. Derramó vinagre en las camas de sus enemigos y la blogger entró en cólera. Jarra de agua en mano, Bárbara echó agua en la habitación contraria y, no contenta con la venganza, hizo lo mismo con el aceite.

Drama en el confesionario

Adara y Bárbara obtuvieron los porcentajes más bajos y fueron informadas por Jorge J. Vázquez de la decisión de la audiencia de su continuidad en el concurso. Minutos después fueron llamados todos a la sala de expulsión, para despedir al elegido por la audiencia: Pol. Y a Adara le dio un parraque, se confió, no utilizó rímmel waterproof y sucedió el desastre, un drama. Entre esto y la cobra de Chenoa llevamos una semanita... Los siete días previos fueron complicados para el luchador genéticamente perfecto, que abrió su corazón en el confesionario y dijo no poder vivir sin su chica en la casa. ¿Y al contrario? Esto ya no será lo mismo sin los 'cuchufletos'.

Amores irreales y no correspondidos

Todavía no nos creemos a Meritxell. Lo suyo con Alain parece algo forzado en busca de esa historia de amor que tanto gusta a los fans del formato. Hubo beso, morreo, pero parte de un juego, suficiente para que la estudiante de enfermería se dejara llevar por el momento. La 'baby' de la edición era la más contenta con la expulsión de su amigo Pol y así prolongar su 'no affaire' con la esperanza de sacarle todo el beneficio.

En medio del caos afloraron los sentimientos reales de Noelia. La cordobesa, confundida, sintió celos al ver atónita cómo intercambiaron lengüetazos su amigo Rodri y Bea. Pobre, si las paredes de la casa hablasen se iba a quedar ojiplática. La estudiante de Magisterio está enamorada hasta las trancas, una historia de amor no correspondido que nos toca el corazoncito porque ¿quién no se ha sentido alguna vez como ella?