Daniel Montero es investigador de acuicultura de la ULPGC. Junto con el grupo editorial Elsevier, organiza en el auditorio Alfredo Kraus hasta el jueves la conferencia mundial 'Para los próximos 40 años de acuicultura sostenible global'.

¿Por qué se ha elegido Las Palmas de Gran Canaria para conmemorar el 40 aniversario de la revista Aquaculture, la publicación más prestigiosa del sector del cultivo de especies acuáticas vegetales y animales?

Está celebrando su aniversario planteando un punto de inflexión en hacia dónde debe ir la investigación y el desarrollo de la acuicultura en los próximos años. Se ha elegido Gran Canaria por el potencial enorme que tiene para el desarrollo de la acuicultura no sólo de las especies tradicionales, sino de las nuevas para acuicultura, las de "rápido crecimiento": el medregal, la corvina [peces]. La calidad y temperatura de aguas oceánicas en Canarias son idóneas para su desarrollo.

Sachi Kaushik, ponente del Instituto Nacional de Investigación Agronómica francés, decía que la meta para el 2050 era producir 500 millones de toneladas de semillas acuícolas (de larvas de peces, moluscos, algas...)

Tiene un conocimiento del tema enorme. Es el reto de producción. La población mundial crece, y necesita, y no es un capricho, un consumo de proteínas de calidad. El nivel de vida, sorteando crisis, crece y conlleva a un aumento del consumo de pescado. Sus nutrientes son necesarios para el desarrollo de la salud humana: proteínas de alta calidad como ácidos grasos, el famoso Omega 3, el DHA, que los estamos viendo en muchos productos de alimentación. El reto de toda la comunidad de investigación y las industrias de acuicultura es que la acuicultura crezca de manera sostenible y responsable para ir cubriendo esos números que se necesitan para el 2050, no podemos permitir que se haga cualquier cosa por aspectos ambientales y de sostenibilidad de mercado.

¿Podemos decir que la acuicultura se plantea como una alternativa a la pesca?

Es un complemento. No pretende eliminar la pesca, sino complementar los productos del mar. La pesca tiene su lugar, su actividad. La acuicultura genera otros productos también del mar. Lo que sí que está haciendo es producir alimentos de alta calidad para consumo humano, aliviando el esfuerzo pesquero que se está haciendo sobre los recursos naturales. De manera que si la población necesita 100 de pescado, la acuicultura puede aportar 50 ó 60. Que no tenga que salir los 100 de la pesca, porque entonces sí que estamos en un problema.

¿Cuál sería el problema?

Hay un sobreesfuerzo pesquero desde los años 60 a nivel mundial. Los recursos de mar son limitados y hemos llegado a los límites de explotación. Si no surge la acuicultura que sea capaz de generar biomasa de pescado para el consumo mundial, al final terminaríamos haciendo muchísimo daño a los caladeros naturales de pesca.