Para mí la culpa, para ti la disculpa es una retrospectiva que abarca gran parte del proceso creativo de Miriam Durango, concretamente el que transcurre desde la década de los 90 hasta la actualidad. Es una intencionada forma de involucrar/sugerir/obligar al espectador, "el otro", a una autorreflexión que propicie la salida del circuito cerrado en que se halla atrapado todo comportamiento estereotipado. De ahí la utilización de la pintada callejera como recurso que sirve como hilo conductor y de enlace con su trabajo más reciente.