Al asomarnos a la obra pictórica de Roque López percibimos su tentativa por plasmar la inseparable relación que le une a la naturaleza, a la vez que, su decidida pasión por experimentar los pasajes y secretos del mundo de las artes. Ese apego manifestado desde la infancia por la pintura y la expresión artística, orienta y enlaza su andadura profesional hacia el diseño y el ornamento de espacios comerciales en el sector servicios. En su madurez, este artista autodidacta ha renovado con fuerza los colores de su paleta, adentrándose en los enigmas de la vida animal, reivindicando su conexión con el campo, su diálogo directo con la naturaleza física, el hábitat vegetal y el entorno faunístico por el que se siente especialmente fascinado.

La fauna se ofrece en la obra pictórica de Roque López como un barranco de inspiración para abordar en ella distintos enfoques, formatos y técnicas que toman su expresión en el óleo, la acuarela, el bolígrafo, el acrílico y otras mixtas. El autor, forjado en esos valores de respeto y sensibilidad con el entorno natural de la tierra canaria, a la que elogia y ensalza con orgullo, nos deja testimonio en su obra de un diálogo generoso con la vida animal, recreando una armonía de trazos en paradas y gestos propios protagonizados por el gorrión moruno, la paloma torcaz, la tórtola, el perro, el gato, el imponente caballo o la esbelta y señorial perdiz. Quizás sea precisamente la perdiz el ave que concentra la elegancia, la delicadeza, el perfecto mimetismo con el paisaje de la obra, como si su vinculación con el autor fuese una labor cotidiana.

Su obra da cabida igualmente a bodegones, retratos e incursiones en arte abstracto. Las convicciones arraigadas en valores de solidaridad han conducido a Roque López a realizar obra escultórica de gran formato en metal, donadas y alojadas en el municipio de Santa Lucía de Tirajana.