Obra contemporánea de creación propia para una sola actriz, Mónica Aguiar

Cuatro actos y doce estampas componen las fases de profundización del viaje metafórico que transita la protagonista de Quién vive. Un recorrido escénico donde se habitan y desvelan algunos cuestionamientos a cerca de las relaciones de poder y sumisión que tiñen los vínculos en todas las áreas vitales. El amor romántico, la "cosificación" de los cuerpos, la propia identidad según la definición social por géneros, el maltrato a la madre tierra, la naturalización de la violencia… son algunos de los temas que emergen en esta mirada.

¿Qué es lo que hace falta para despertar de la indiferencia? Las palabras acaban gastándose a base de repetirlas… No quiero usar pretextos… Palabras muertas como mujeres muertas… Palabras muertas como tierras desertizadas…. No quiero hacer un discurso para no mirarme… Sólo quiero transitar un camino por el desierto del alma… Sedienta de amor