Han dejado atrás la capa y la varita mágica de Hogwarts, los conjuros trabalenguas y los combates a vida o muerte contra el mal que acecha al mundo. Daniel Radcliffe y Emma Watson ya no son unos niños y no tienen garantizado un megataquillazo gracias a una nueva entrega de las aventuras y desventuras de Harry Potter. Tienen que buscarse la vida por otros lares, demostrar que la edad no les pasará factura, convencer al público y a los productores de que crecer no les hará empequeñecer como estrellas.

La cartelera es caprichosa y ha decidido que compitan con dos títulos muy distantes y participaciones muy distintas: mientras Radcliffe es el protagonista absoluto de 'La mujer de negro', Watson se conforma con un papel menor, casi intrascendente, en 'Mi semana con Marilyn'. También les separan los resultados: mientras Radcliffe sale airoso de su atormentada misión en una cinta de terror a la antigua usanza, que dedica más tiempo a la creación de una atmósfera tenebrosa e inquietante que a sembrar de sustos baratos la pantalla (aunque haya unos cuantos, y francamente escalofriantes), la actriz que puso sus dulces facciones al personaje de Hermione es vista y no vista en una obra muy menor y fallida en la que sólo la interpretación de Kenneth Branagh como Laurence Olivier destaca por encima de una producción tan correcta como insípida.

El papel de Watson como chica a la que le tira los tejos el soso protagonista, y que «compite» nada menos que con Marilyn Monroe a la hora de interesarlo, es irrelevante y la actriz demuestra pocos recursos para que, al menos, su aparición en pantalla deje huella.

A falta de más películas para sacar conclusiones, hay que admitir lo sorprendente de esta victoria momentánea de Radcliffe, un actor de la quinta del 89 que en su apagada evolución como Harry Potter nunca no levantó demasiadas esperanzas. Sin embargo, su osada decisión de actuar en teatro en la arriesgada Equus, con desnudo integral incluido, y esta convincente aparición en una notable película sobre aparecidos, aumentan su crédito de cara al futuro. Watson, nacida en 1990, tiene también inquietudes en el mundo de la moda y parece empeñada en sacar algún título universitario.

No todo es cine en la vida. Rodará a las órdenes de Sofia Coppola, The bling ring, la historia real de un grupo de jóvenes que asalta casas de celebridades y entonces veremos si su magia en el cine se ha evaporado o no.