'Dioses y perros' es su segundo largometraje. Y el primero, 'Por un puñado de besos', de David Menkes, no tuvo críticas demasiado buenas...

Cuando me ofrecieron el primer proyecto, era una posibilidad para abrirme puertas en el cine. Pensé en mi personaje, en que no le hacía daño a nadie y me pareció bien. Y, sobre todo, como muy poco después me ofrecieron Dioses y perros, me pareció una oportunidad magnífica de que el público pudiera verme en dos registros completamente diferentes. Eso es lo que realmente me interesaba, lo demás pertenece a otra batalla...

'Dioses y perros', pues. Una película muy anclada en una triste realidad urbana actual, que contrasta con su papel: una chica abierta, optimista, confiada, arrolladora...

Sí, y creo que si no hubiera ese oxígeno, todo sería demasiado deprimente. Es una manera de decir que las cosas también se pueden abordar desde otro punto de vista, que no hay que tirar la toalla, sino que, si es verdad que hay problemas, la reacción debe ser siempre la de buscar soluciones. Y esa es Adela, una mujer llena de vitalidad, luchadora.

Un papel, además, muy alejado de los registros dramáticos de sus intervenciones televisivas...

Sí, y la verdad es que tenía muchísimas ganas de hacer algo distinto, menos dramático. Pero también es cierto que cuando me dieron el texto me impresionó por las cosas que le habían pasado y cuánto hablaba esta mujer...

Y a una velocidad endiablada...

Es cierto. Mi mayor miedo durante el rodaje es que se me entendiera, porque voy como una metralleta. Y una de las cosas más terribles que hay es un actor que no vocaliza.

Lo cual abunda bastante...

[Ríe]. Bueno, de todo hay, eso está claro... Pero precisamente yo no quiero pecar de eso. En fin, tuvimos muchos ensayos, y claro, hay un compromiso, un rigor a la hora de hacer bien tu trabajo, y eso requiere mucho tiempo de preparación. Al final, salvo el inevitable miedo, no hubo ningún problema, al revés, fue todo muy sencillo. Tengo un gran recuerdo del rodaje, que fue muy agradable.

Algo tendrá que ver el haber estudiado en la escuela de Cristina Rota, seguro... ¿Se parece usted algo a ese personaje que se lanza a la vida a tumba abierta?

Bueno, yo creo que todos los actores trabajamos en parte con la intuición, pensando cómo seríamos en el caso de estar en la piel del personaje que nos toca interpretar. Pero además quiero pensar que sí, que tengo cosas en común con Adela, porque soy una persona bastante vitalista, aunque no tan arrolladora... En este sentido, no me resultó complicado el papel. Claro, esto no significa que no haya un trabajo metódico, al fin y al cabo, tú lo has dicho, pertenezco a Cristina Rota.

El guión tampoco le exigía sufrir por culpa de ninguna escena de sexo, que, según ha declarado la azoran bastante...

[Ríe]. Sí, es todo muy discreto. Sólo hay algún roce y un beso...

Sobriedad sexual, y también sobriedad en cuanto a la imagen, los recursos, el planteamiento estético. Su personaje es quizá el contrapunto, la exuberancia dentro de esa austeridad general...

Claro, igual que antes hablábamos de que cuando Adela aparece se enciende el diálogo, también tiene que cambiar todo lo demás: las luces, el vestuario, el color...

Amistad, amor, compromiso, superación... Desde su punto de vista, ¿de qué habla exactamente el nudo de la 'Dioses y perros'?

De muchas cosas. Algo que creo fundamental es que es una película esperanzadora, y además de todo eso que has mencionado, creo que también habla mucho de la lealtad. Es una película muy realista y que habla de un montón de cosas cotidianas, de sentimientos comunes y compartidos de cualquiera que nos encontremos comprando el pan. La esencia es que todos nos podemos sentir muy identificados con lo que cuenta el argumento.

Conceptos muy nobles para los momentos tan complicados que vivimos...

Cuanto más complicados los momentos, más intensos los sentimientos y mayor el compromiso. En caso contrario, nos vendríamos abajo, y hay que salir siempre por algún lado. En cualquier caso, sigo pensando que hay que avanzar mucho más, pero bueno, es un proceso lento e imparable.

Usted lo practica: está muy comprometida con los problemas, con la ayuda social...

Sí, creo que es algo esencial, todos deberíamos comprometernos y ayudar a los demás. Yo trato de estar al tanto en este sentido por medio de asociaciones, prestando mi imagen... Y si puedo, me escaparé para hacer algún viaje y documentar algunas cosas. Quiero implicarme más, me gusta ver muy de cerca qué pasa en el mundo.

¿Y el futuro inmediato...?

El próximo día 20 empezamos a rodar la segunda temporada de Sin identidad [serie televisiva], y para marzo o abril de 2015 espero empezar con otro proyecto de cine, una comedia.