Quentin Tarantino ya se ha pronunciado sobre su polémica con la policía estadounidense. El cineasta, que participó en una manifestación contra la brutalidad policial el pasado 24 de octubre, ha señalado que el boicot de los cuerpos de seguridad tan solo busca demonizarle e intimidarle.

El director de Pulp Fiction y Django Desencadenado ha concedido una entrevista a Los Ángeles Times en la que ha aclarado que, al contrario de lo que dice la policía, nunca llamó a los agentes asesinos: "Todos los agentes no son asesinos. Nunca dije eso. Ni siquiera di a entender eso".

Tarantino ha asegurado que el boicot de los diferentes cuerpos policiales del país es en realidad una forma de poner el foco en otro lado del problema.

"Lo que están haciendo es bastante obvio. En lugar de hacer frente a los incidentes de brutalidad policial que aquellas personas estaban sacando a la luz, en lugar de examinar el problema de la brutalidad policial en este país, es mejor señalarme a mi. Y su mensaje es muy claro. Es para callarme. Para desacreditarme. Para intimidarme. Es para callar mi boca, e incluso más importante que eso, es para enviar un mensaje a cualquier otra persona prominente que pudiera sentir la necesidad de unirse a este lado", ha manifestado.

Unas palabras que distan mucho de las disculpas que el productor de The Hateful Eight quería que Tarantino pidiese, ya que veía en peligro las aspiraciones de la película a los Oscar.

La policía estadounidense está en pie de guerra contra Tarantino y ya son varios los cuerpos de seguridad que se han unido a la iniciativa que lanzó la policía de Nueva York para boicotear las películas del cineasta, y en concreto su próximo estreno, The Hateful Eight.

La cinta llegará a las salas el 25 de diciembre. Se trata de un nuevo western tras Django Desencadenado, que cuenta con un reparto lleno de estrellas entre los que destacan Jennifer Jason Leigh, Kurt Russell, Samuel L. Jackson y Channing Tatum, entre otros.