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Filmografía seleccionada

Patricia Highsmith en ocho películas

El mundo de la escritora ha llegado a la pantalla de la mano de Alfred Hitchcock, Wim Wenders, Anthony Minghella y Todd Haynes

Jude Law y Matt Damon, en ’El talento de Mr. Ripley’.

Dejando a un lado a Alfred Hitchcock, que la descubrió para el cine, Hollywood no le hizo demasiado caso a Patricia Highsmith. La autora norteamericana fue mucho mejor acogida en Europa, de ahí que sus primeras adaptaciones proliferaran en Francia y no haya sido hasta la versión del británico Anthony MInghella, muchos años después de su muerte, que haya sido profeta en su tierra.

Extraños en un tren

Alfred Hitchcock (1951)

Solo un año después de la aparición de la primera novela de HIghsmith, que obtuvo un sonado éxito popular, Alfred Hitchcock llevó al cine esta historia sobre dos desconocidos que planean intercambiar sus crímenes. El director y su guionista, nada menos que Raymond Chandler, transforman al arquitecto original en estrella del tenis. Podría parecer una parábola sobre el bien y el mal, pero hay que estar atentos a los intereses del héroe trepa que desearía que su ordinaria esposa desapareciera para casarse con alguien más prometedor.

A pleno sol

René Clément (1960)

Esta primera versión de ‘El talento de Mr. Ripley’, firmada por René Clément, tuvo un final ejemplar muy alejado de la amoralidad de Highsmith, pero de gran impacto visual. Se apoya en el magnetismo de Alain Delon como Ripley, lo que llevó a un crítico de la época a bromear con la idea de lo inconcebible que parece que el escandalosamente bello actor se planteara ser otro.

El amigo americano

Wim Wenders (1977)

En los diarios de Highsmith no aparece la menor mención a Delon, pero sí se detiene la autora a contar su encuentro con Wim Wenders y su guionista, el hoy Premio Nobel Peter Handke. La película que surgirá de ahí, un buen ejemplo del nuevo cine alemán, trasforma a Ripley en Dennis Hopper y coloca el foco en su víctima (Bruno Ganz), un fabricante de marcos con una enfermedad terminal a quien convence para que se convierta en asesino y asegure así el futuro de su familia.

El grito de la lechuza

Claude Chabrol (1987)

Un hombre que se acaba de separar y está viviendo una profunda depresión se refugia en una casa en el campo y allí encuentra el modo de calmar sus inquietudes contemplando la vida plácida de una pareja de vecinos y en especial de ella. Quizá no sea una de los mejores trabajos del excelente Chabrol, pero el gran cultivador del thriller sabe conectar con el universo malsano de la autora.

El talento de Mr. Ripley

Anthony Minghella (1999)

El realizador de 'El paciente inglés' dio en la diana con esta estupenda adaptación, cargada de matices y belleza (ah, la costa amalfitana) hasta decir basta, que nos hizo olvidar la protagonizada por Delon. Aunque en un principio Matt Damon no parecía la mejor elección para el personaje titular, el actor supo dotar de inocencia a su personaje. Lo que no deja de tener su mérito tratándose de un asesino.

El juego de Ripley

Liliana Cavani (2002)

Ripley tiene aquí el aspecto de John Malkovich y esto es lo más interesante que se puede decir decir de esta adaptación que sigue más fielmente la novela de la autora que la versión muy superior de Wenders, 'El amigo americano'. Fue filmada con solvencia y un excesivo manierismo por la en otro tiempo escandalosa Liliana Cavani.

Carol

Todd Haynes (2015)

La novela que Highsmith no se atrevió a firmar con su nombre fue publicada al fin con el suyo propio en 1990 bajo el título de ‘Carol’. Haynes realizó una obra maestra. Un drama elegante y profundo apuntalado en las interpretaciones de la pareja protagonista Cate Blanchett y Rooney Mara, separadas por las clases sociales y las convenciones morales de la época, pero unidas por una conmovedora pasión que traspasa la pantalla.

Aguas profundas

Adrian Lyne (2022) 

La última incursión cinematográfica en el mundo de la autora ya tuvo una versión francesa dirigida por Michel Deville con Isabelle Huppert y Jean-Louis Trintignant. Menos digna es la reciente del octogenario Adrian Lyne, todo un experto en olvidables y bochornosos ‘thrillers’ eróticos. La supuesta química que debía desprenderse de la pareja -entonces lo eran- Ben Affleck y Ana de Armas brilla por su ausencia.

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