La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Actores

Brendan Fraser, auge, caída y resurrección de un gran actor

Desaparecido durante años por problemas físicos y emocionales, el intérprete se perfila como candidato para los Óscar tras triunfar en los Critic Choice Awards

Brendan Fraser. REUTERS

El primer motivo por el que Brendan Fraser es favorito para ganar el Oscar el próximo 12 de marzo gracias a su trabajo en ‘La ballena’, en la piel de un obeso mórbido que trata de reconciliarse con su hija antes de morir, es la tendencia de Hollywoodpremiar a aquellos intérpretes que experimentan transformaciones físicas extremas, aunque sean de pega. En su caso, para dar vida a un hombre de 250 kilos, en lugar de hartarse de pizza y hamburguesas, recurrió a prótesis y efectos digitales.

El segundo, más importante, es que quienes reparten estatuillas se pirran por las narrativas de auge, caída y resurrección, y el periplo de Fraser encaja como un guante en esa tipología. Porque hasta hace muy poco, antes de que empezara a recibir prolongadas ovaciones en festivales como la Mostra de Venecia y galardones en galas como la de los Critic Choice Awards, y a protagonizar una retahíla de panegíricos en la prensa y memes virales, guglear su nombre daba acceso casi exclusivamente a textos que llevaban “¿Qué fue de Brendan Fraser?” por título.

Versatilidad

Mucho antes de eso, desde mediados de los 90, su valor en la industria se había disparado gracias a esa versatilidad que le permitía ejercer tanto de galán como de bufón -a menudo de forma simultánea-, y de transitar con fluidez entre la comedia, el drama y el cine de acción.

Lo vimos combatir ejércitos de zombis en la saga ‘La momia’ y saltando de liana en liana en ‘George de la jungla’. Viajó por el mundo junto a Bugs Bunny y el Pato Lucas en ‘Looney Tunes: de nuevo en acción’ y ganó prestigio gracias a títulos como ‘Dioses y monstruos’ y ‘Crash’. Adoptó a Elizabeth Hurley como su Mefistófeles particular en ‘Al diablo con el diablo’ y hasta se dio una ducha con Matt Damon en ‘Private School’. Y entonces, hace poco más de una década, sin motivo aparente, pareció desaparecer del mapa.  

Desde mediados de los 90, su valor en la industria se había disparado gracias a su versatilidad para ejercer de galán tanto como de bufón, a menudo de forma simultánea

decoration

No fue hasta 2018 que, gracias a sus confesiones a la revista ‘GQ’, supimos de las heridas emocionales que la habían provocado su divorcio de Afton Smith, madre de sus tres hijos -el mayor de ellos, Griffin, es autista-, y la muerte de su madre; de los siete años que había pasado entre hospitales para someterse a dos laminectomías en sendas vértebras, un reemplazo de rodilla y una reparación de las cuerdas vocales; y de los tocamientos inapropiados que presuntamente sufrió en 2003 a manos de Philip Berk, entonces presidente de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA), después de los que su nombre, eso opina él, fue apuntado en una lista negra.

Resurgir

Su resurgir, a decir verdad, no empezó con ‘La ballena’. Previamente, y quién sabe si en parte gracias a las sucesivas campañas que sus fans lanzaron en redes sociales para exigir su rehabilitación, logró no solo varias apariciones televisivas de cierto relieve sino también sendos papeles en ‘No Sudden Move’, el ‘thriller’ de Steven Soderbergh estrenado en 2021, y en ‘Los asesinos de la luna’ el drama criminal de Martin Scorsese que verá la luz este año.

Sin embargo, hoy su nombre no estaría en boca de todo Hollywood de no ser por la película que ahora llega a los cines españoles, que le ha proporcionado el tipo de honores que nunca antes recibió, y con los que tal vez hasta había dejado de fantasear.

Compartir el artículo

stats