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Lois Patiño: “Esta película consigue que el cine se convierta en una meditación colectiva”

“Un montón de personas nos han dicho que no olvidarán jamás la experiencia que vivieron con el filme”, destaca el cineasta cuya ‘Samsara’ ganó premio en la Berlinale este fin de semana

Lois Patiño, en el centro, con su premio de la Berlinale en la noche del sábado. EFE

En agosto de 2013, el vigués Lois Patiño lograba en el Festival de Locarno el premio al mejor director emergente con 'Costa da Morte'. Desde entonces, ha recorrido diez años en los que ha llevado su obra por pantallas de todo el mundo. Su último hito ha sido lograr con 'Samsara' en la Berlinale el premio especial del jurado de la sección Encounters, dedicada a las películas más innovadoras. El galardón le llega un mes después de cumplir los 40 años y a punto de ser padre por segunda vez.

¿Cómo fue la noche: fiesta desmedida o contenida?

La ceremonia de entrega de premios se celebró temprano. Después, nos llevaron a una cena con todos los premiados y jurado en unos estudios de música donde David Bowie grabó un disco. Es un sitio con mucho encanto, muy bonito. Después, dieron una fiesta. En el palmarés había tantos cineastas importantes y también en el jurado que era una atmósfera muy bonita. Conocer a Kristen Stewart, hablar con Carla Simón que es amiga mía, fue muy bonito.

El jurado premió de 'Samsara' la capacidad de ir más allá de la narrativa convencional.

Ya sabes que a mí me interesa explorar nuevas formas narrativas. El cine es un arte muy joven con ingredientes sobre los que explorar. Intento ampliar humildemente la capacidad expresiva del cine, explorar sus posibilidades. Desde el punto de vista sensorial, del cine como experiencia meditativa, contemplativa, intenté ir un paso más allá al poner esta experiencia de percibir la película con los ojos cerrados durante 15 minutos para que el cine se convierta en una meditación colectiva. La verdad es que estamos abrumados con la respuesta entusiasta de los críticos y espectadores que la han visto. Un montón de personas nos han dicho que no van a olvidar jamás la experiencia que vivieron con la película, que no habían visto algo igual en el cine. Son cosas muy profundas.

Cuando el público cerró los ojos siguiendo la indicación de la película, ¿cómo fue el momento?

Sentí una atmósfera muy especial. La mayoría del público no sabía que había que cerrar los ojos. Al terminar, una persona se levantó y dijo: “Gracias, no lo voy a olvidar nunca”. Había una mujer alemana de 85 años con su hija que también se me acercó y comentó que no le tenía miedo a fallecer pero que la película le había ayudado a adoptar una perspectiva con más paz respecto a la muerte. Estar con 400 personas viendo una película con los ojos cerrados es profundamente espiritual pero también una propuesta arriesgada. Por la experiencia que estamos teniendo parece que conecta con los espectadores.

En tu discurso destacaste que el filme defiende la diversidad cultural y el entendimiento mutuo.

El filme deja espacio al espectador en un ámbito de espiritualidad de diversas religiones. La película es una celebración de la diversidad cultural, de la armonía en la que pueden convivir las culturas. Dentro de Laos ya conviven la religión animista y budista; en Zanzíbar vemos a los masais en una isla principalmente musulmana.

Sería el mundo ideal en el que nos gustaría vivir.

Sí, a mí, lo que me interesa transmitir en el cine de manera esencial es el concepto del sentimiento oceánico del que habla Freud. Es sentirse parte del todo al igual que una gota de agua es indisoluble del océano. Esto se refleja también en el libro tibetano de los muertos con el que se estructura la película. Dice: “Reconoce todas las luces como tus propias luces”. Esta idea de pertenecer al todo, sentir que uno forma parte del entorno es una ruptura del antropocentrismo que ha estado siempre en mi cine desde 'Costa da Morte' adoptando la perspectiva de que es el paisaje el que mira a los hombres. En 'Samsara', ha sido reencarnándonos en una cabra. Todo va encaminado a sugerir esa perspectiva de armonía.

Este hito en la Berlinale es un faro para el cine gallego.

Creo que llevamos más de una década rompiendo techos. Parece sencillo lo que se está logrando pero es muy difícil en los festivales top donde se presentan miles y miles de películas para ser seleccionadas y donde salen premiadas un puñado de ellas. Es muy difícil estar en la élite y vanguardia del cine mundial. Que los gallegos estemos ahí es algo histórico. Con el tiempo nos daremos cuenta de lo que significa.

¿En qué medida el tener de padres a Menchu Lamas y Antón Patiño ha marcado tu carrera?

Yo crecí sabiendo que el mundo del arte puede ser una profesión. Eso es una ventaja respecto a otras personas que no tienen esos referentes en la familia y que pueden luchar contra familiares que ven el arte como pasatiempo pero no como espacio de reflexión y modo de vida.

“La TVG ha sido hasta ahora conservadora en su perspectiva de qué cine apoyar. Ojalá se abra”

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Mauro Herce es el director de fotografía de una parte importante de los filmes gallegos que han triunfado en los principales festivales europeos. ¿Qué destacarías de su aportación en 'Samsara'?

Mauro Herce fue el director de fotografía de la parte de Laos y Jessica Sarah Rinland, de la de Zanzíbar. Como la película habla de la reencarnación, tras Laos, al ir a Zanzíbar quería que miráramos el mundo de manera diferente. El trabajo de Mauro es fantástico. Su mirada es próxima a la mía, animista y poética.

La película recibió apoyo del ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales del Ministerio de Cultura).

Hace cinco años, el ICAA abrió una vía de ayudas a cine experimental. No son cantidades grandes de dinero pero logramos una y fue la fuente principal de financiación que se complementó con el apoyo de un festival de cine coreano, Jeonju. Será el siguiente lugar donde se proyecte la película a principios de mayo.

Echo en falta el apoyo de Agadic o la TVG.

Fue un proyecto rodado en Laos y Zanzíbar, por eso no solicité ayuda a Agadic. La TVG hasta ahora ha sido más conservadora en su perspectiva de qué cine apoyar. Una película para ver durante 15 minutos con los ojos cerrados no entra en su hoja de ruta. Ojalá se vaya abriendo y vayan comprando películas más arriesgadas.

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