Cine
De fan incondicional a productor y protagonista: Jared Leto lidera las nuevas aventuras en el universo cibernético de TRON
Este viernes se estrena ‘Tron: Legacy’, tercera entrega de una franquicia que, sin rivalizar con la de ‘Matrix’, ha planteado una interesante relación entre humanos y mundos virtuales

El actor estadounidense Jared Leto, este 7 de octubre en Los Ángeles en la 'premiere' de 'Tron: Ares'. / ALLISON DINNER / EFE
Quim Casas
El actor Jared Leto es un fan incondicional de ‘Tron’, el filme de Steven Lisberger que en 1982 planteó, con cierta ingenuidad, la relación entre humanos, ordenadores, programas informáticos, realidad virtual y videojuegos. En aquella película realizada con medios –costó 15 millones de euros, aunque no luce ese dinero desde el punto de vista de un ‘blockbuster’ de entonces–, el hacker Kevin Flynn (Jeff Bridges) es abducido por el mundo digital y se convierte en un gladiador cibernético que recibe la ayuda de un programa de seguridad. Los elementos virtuales que avanzaba y su estética analógica de bits, neones y colores primarios la convertirían en una cinta de culto.
Pero Disney, la productora del filme, no prestó atención al interés, aunque minoritario –la recaudación a día de hoy dobla justito la inversión realizada en su momento–, que suscitaba el filme de Lisberger. Tuvieron que pasar casi tres décadas hasta la aparición de una segunda entrega de las andanzas en la frontera digital presagiada por Flynn. El resultado fue ‘Tron: Legacy’ (2010), dirigida por Joseph Kosinsky y centrada en las andanzas del hijo de Flynn. Este es un joven programador inmerso en el mundo digital en el que quedó atrapado su padre. Es la Red, la frontera digital que había anunciado Flynn en una imagen que abre la tercera película de la serie, ‘Tron: Ares’.

El actor estadounidense Jared Leto, este 7 de octubre en Los Ángeles en la 'premiere' de 'Tron: Ares'. / ALLISON DINNER / EFE
El asunto se espesaba para deleite de programadores informáticos y forofos de los videojuegos y el ‘cyberpunk’. Flynn, convertido en CEO de la poderosa empresa de desarrollo de juegos Encom, desaparecía por arte de magia en 1989. Su hijo Sam trabaja en la misma compañía, que está a punto de lanzar un revolucionario sistema operativo. Un mensaje le pone en alerta y en su viaje alucinante hasta la Red contará con la ayuda de Quorra, el algoritmo isomorfo con componente humano que encarna Olivia Wilde.
Éxito inesperado
Los números cuadraron mejor en esta ocasión. El presupuesto fue 10 veces mayor, 150 millones de euros, pero los ingresos dejaron satisfechos a Disney: 350 millones de ganancia en las salas de todo el mundo. Fue un éxito inesperado, porque en 2010 nadie esperaba una secuela de ‘Tron’ y la película carecía de la simpática ingenuidad formal de la anterior. Lisberger participó en calidad de productor, tarea que repite en ‘Tron: Ares’, de modo que, económicamente, es uno de los grandes beneficiados de la operación.

Jodie Turner-Smith y Jared Leto en la 'premiere' de 'Tron: Ares' en Londres, el pasado 1 de octubre. / Associated Press / LAP
Comparte producción con Leto y con Trent Reznor y Atticus Ross, otros seguidores de la serie. El dúo musical por excelencia del cine estadounidense contemporáneo no compone la banda sonora, al menos no a su nombre, ya que Reznor si participa con su grupo-alter ego de música electrónica e industrial, Nine Inch Nails, que en 2016 agregó a Ross. Es uno de los aspectos más coherentes de la franquicia, ya que la banda sonora de sintetizadores analógicos de ‘Tron’ fue escrita por Wendy Carlos, la de ‘Tron: Legacy’ es de Daft Punk y la de NIN para ‘Tron: Ares’ está en sintonía con aquellas y con el nuevo pulso narrativo e impulso visual de esta tercera entrega.
El protagonista es Ares, un sofisticado programa de seguridad que adquiere el rostro y el cuerpo de Leto. Ares, el dios de la guerra griego, se enfrenta a Atenea, otro programa y soldado del futuro que toma el nombre de la diosa de la guerra, la sabiduría y las artes. Mitología en la colisión entre el mundo real y el virtual, entre las dos compañías punteras, Encom y Dillinger Systems. Buscan lo mismo: el código de permanencia para que su gran descubrimiento, crear materia orgánica de la nada –un guerrero o una máquina de matar, pero también un árbol, medicamentos y combustibles alternativos–, dure más de 29 minutos. Pasado ese tiempo, el gladiador o el árbol se desintegran.
Leto convenció a Disney, pero la productora tampoco ha tirado la casa por la ventana: solo ha invertido 10 millones de euros más en relación con los 150 que costó hace 15 años la anterior película. Lucen mejor en su estética infográfica en rojo y negro, los colores de las armaduras recubiertas de neones de los programas convertidos en soldados imbatibles del futuro. ‘Tron: Ares’ apunta muchas cosas sobre videojuegos, bits, la nube, la IA y el mundo virtual. En sintonía con todo ello, Disney ha explotado este particular universo en diversos productos complementarios: el corto ‘The next day’ (2011), que sirvió de engarce entre la primera y la segunda cinta; la serie de animación ‘Tron: La resistencia’ (2012), sobre el programa líder de la revolución en la Red; y los interactivos ‘Tron 2.0’ (2003), ‘Tron: Evolución’ (2010) y ‘Tron: Identity’ (2023), con personajes digitalizados dentro de un ordenador, virus desconocidos y rompecabezas virtuales que resolver.
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