Un proyecto de animación digital japonés de gran envergadura que representa en el plano técnico una de las cimas al respecto y que, como dijo el autor de Avatar, James Cameron, tiene una calidad sin precedentes en el género y es un producto visualmente poético. El único problema que lucha en su contra, y que provoca una ligera tendencia a la monotonía en algunas fases de sus 110 minutos, es la excesiva reiteración de algunos diálogos y la utilización, aunque consistente y rigurosa, de una terminología compleja y demasiado sofisticada.

Pero salta a la vista que esta versión del manga de Leiji Matsumoto de 1977, cuyo título original es Pirata espacial Capitán Harlock, está a la altura de las circunstancias y en ningún caso hay que lamentar las cifras que se han utilizado, concretamente los 696 trabajadores empleados en el rodaje, los 806 dispositivos utilizados para renderizar y los 1400 planos en total en la que la película más cara hasta el momento, nada menos que 30 millones de dólares, de la prestigiosa productora japonesa Toei Animation. Sin pasar por alto los cinco años de filmación.

El director Shinji Aramaki, en su cuarto largometraje para la pantalla grande, ha superado con éxito un reto más que comprometido con solo ligeros inconvenientes en su labor. Está muy por encima de la serie a que dio lugar en los años setenta y ochenta. Naturalmente, en un relato ambientado en el 2097 las licencias que se toman en relación con los avances tecnológicos, sobre todo en lo que atañe a las naves espaciales y a la posibilidad de recurrir a las máquinas del tiempo, son muchas, pero prevalece siempre el deseo de no caer en una fantasía exagerada o ridícula.

Lo relevante es que en esa fecha se ha iniciado una denominada operación retorno al planeta Tierra de los 500.000 millones de humanos que pretenden volver al lugar de su origen. Para ello, sin embargo, hay que acabar con el dominio de la Corporación Gaia, que se ha impuesto frenar drásticamente ese éxodo con la excusa de que es imposible que esa circunstancia pueda llevarse a cabo.