Calificación: *** Dirección: Pedro Pérez Rosado. Guion: Lilian Rosado González. Música: Alberto Tarín. Fotografía: Carlos Pérez Gasco. Intérpretes: Victoria Salvador, Juli Mira, Eva Lezcano, Paco Alegre. País: España. Año: 2019. Duración: 85 minutos.

En la frontera de la Sierra Calderona, una pareja mayor se aleja de momentos pasados y del ruido de la gran ciudad del Turia. Honorio y Rosa sueñan con no separarse nunca, pero después de tres décadas juntos el tiempo no les hiere por igual. Rosa, más joven, intenta aparentar con actitud vital que todo sigue como siempre pero su compañero siente que no es así.

El director Pedro Pérez Rosado se inspira en hechos conocidos para traernos una historia de amor y determinación incorporando suaves pinceladas de poesía y humor. Con el personaje de Honorio se recuperan recuerdos de una generación de jóvenes que protagonizaron los inicios de los 70 cuando se vivía con incertidumbre la esperanza de dejar atrás la larga noche del régimen. Entonces la audacia juvenil desafiaba prohibiciones y la aún vigente censura. Con proyectores portátiles se improvisaban sesiones de cineclub donde se visionaban títulos no autorizados: "Un filme soviético", anunciaba un rumor en voz baja y todos sabían que se trataba de El acorazado Potemkin, si no se suspendía la sesión incluso había debate posterior.

En 2001, Pérez Rosado se inició con Las cenizas del Volcán sorprendiendo con su entrevista al líder militar del Movimiento Zapatista en el centro del territorio insurgente. Posteriormente continuó con títulos de sensibilidad social como Agua con sal sobre la indefensión de una trabajadora cubana ilegal o Wilaya, sobre el desamparo de los campamentos de refugiados saharauis. En su última película el director se vale de la gran capacidad dramática de Juli Mira para acercarnos al drama de la vejez y su inexorable proceso involutivo. El actor alcoyano conmueve al transmitir la firmeza de quien espera con serenidad lo inevitable. No hay inquietud ni tristeza, su personaje Honorio, mucho tiempo después, sigue siendo el mismo que nunca se rindió. Honorio no estuvo solo, le acompañaban sus contemporáneos que pensaban como él. Toda una generación que ahora empieza a dejarnos, igual que Honorio.