A veces, lo bueno es también sano y ligero, y las setas son un buen ejemplo de ello. Alimento preciado donde los haya, es nutritivo y versátil; permite múltiples formas culinarias. Una de ellas, y no la más frecuente, es la sopa. Más allá de la popular crema de champiñones, está, por ejemplo, una sabrosa sopa de ceps (Boletus edulis), de níscalos (Lactaricus deliciosus) o de rebozuelos (Cantharellus cybarus). Es cierto que para apreciar realmente el sabor de las setas es mejor manipularlas poco y por tanto degustarlas a la brasa o asadas.

Pero una sopa, con ceps, por ejemplo, que incluya sólo un leve sofrito de cebolla, aceite y caldo vegetal natural, puede resultar deliciosa. Por cierto, que las setas no son vegetales sino hongos, y su interés nutricional radica en su riqueza en minerales y aminoácidos y su pobre aporte de grasas y energía. Un alimento muy recomendable para disfrutar también en su versión líquida.

- Puede elaborarse la sopa con una mezcla de setas. Otra opción más asequible es la de las setas deshidratadas, que además se encuentran en el mercado todo el año.

- La seta es ligera y pobre en grasas, pero eso no implica que pueda ser indigesta para algunas personas.

- Algunos estudios demuestran que la seta shitake contiene sustancias beneficiosas para el sistema inmunitario.

- Una buena idea es congelar las setas ahora que están en plena temporada y utilizarlas durante el invierno .