Las frutas deshidratadas son un snack delicioso y saludable. Tienen un sabor magnifico y engordan menos que las frutas normales. Podemos encontrarlas en el supermercado o hacerlas nosotros mismos en casa. Por supuesto las caseras siempre serán más naturales, ya que las del comercio, tendrán químicos para evitar que pierdan el color.

Deshidratar los alimentos consiste en extraer todo el agua que contengan. De esta manera evitamos la creación de las bacterias causantes de la putrefacción de la fruta. Podemos realizar esta técnica cuando los alimentos están a punto de echarse a perder, para así poder aprovecharlos.

Para poder deshidratar la fruta solo necesitarás un horno. Elige tus frutas favoritas, córtalas en finas rodajas y extiéndelas en la bandeja del horno. Enciende el horno a una temperatura no superior a 60ºC y deja la puerta abierta para que la humedad pueda salir. En 2 horas podrás disfrutar de tu aperitivo.

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También puedes utilizar un método más tradicional. Consiste en poner la fruta cortada bajo el sol. Asegúrate de poner una malla para que los bichos no acudan a la fruta. Durante la noche déjalas en un lugar fresco y seco. El aire y el calor se encargarán de eliminar toda la humedad contenida en los alimentos.

Si optas por este método debes saber que los tiempos de secado varían según las frutas. Las manzanas y los plátanos tardan entre 6 y 12 horas, los duraznos, damascos, kiwis, cerezas y ciruelas de 2 a 3 días, y las naranjas, pomelos, limones, papayas o piñas unos 8 días.