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La alta cocina vive un momento histórico en una región asturiana: estos son los tres restaurantes "culpables" de su éxito

Monte, Roble y Casa Farpón sitúan a la región de Lena como un referente gastronómico tras ser distinguidos por las guías Repsol y Michelin

Por la izquierda, Farpón, Andrade y Rodríguez, en Pola de Lena. | L. Murias

El concejo de Lena, en Asturias, lleva trabajando en los últimos años para convertirse en referente en muchos ámbitos. Desde el esquí –con la estación de Valgrande-Pajares y su nuevo remonte con el que contará la próxima campaña– al lema “Lena: Destino Ciclista”, con el que buscan atraer turismo. Pero si hay algo ya contrastado, y con referencias y prestigio internacional, es su gastronomía. Los “soles Repsol” que acaban de recibir los restaurantes Monte, de Xune Andrade, y Roble, de Jairo Rodríguez, se unen a la mención como “Big Gourmand” en la “Guía Michelin”, que Casa Farpón, de Javier Farpón, ya había conseguido, logrando hacer –desde San Feliz a Mamorana, pasando por la Pola– la gran milla de oro de la gastronomía en las Cuencas.

Jairo Rodríguez es el chef de Roble. A sus 38 años, y tras toda una vida entre fogones de alta cocina y dirigiendo equipos con estrella Michelin, decidió hace tres abrir un restaurante en Pola de Lena. “Tomamos la decisión por un tema de conciliación familiar y decidimos venir a la Pola”, señala ahora, a sus 41 años, y tras haber recibido un “Sol Repsol”. Fue una apuesta arriesgada, pero funcionó. “Vengo de grandes restaurantes y mi concepto de gastronomía era el que desarrollo en Roble, no concebía otra cosa”, señala.

"Estamos viviendo un momento histórico en la gastronomía de Lena y para mí es un honor y un orgullo"

Xune Andrade - Chef de Monte

Junto a Xune Andrade y Javi Farpón forman la gran milla gastronómica de Lena. “Coincidir con ellos en el tiempo se agradece, entre los tres hemos creado una especie de ruta, un núcleo gastronómico en un concejo pequeño del que se está hablando mucho”, señala Rodríguez. A su juicio, “quizá en la hostelería antigua hubiera piquilla, incluso en un propio local entre la cocina y la sala, pero ahora ya no, eso no existe. Somos un equipo para que todo salga bien. Y entre los hosteleros estamos para ayudarnos”. Jairo Rodríguez también se moja a la hora de decantarse por platos de la carta de sus compañeros lenenses: “En casa de Javi Farpón no se puede dejar de comer las croquetas y el arroz con pitu, y en casa de Xune el salmón y las albóndigas son platos redondos”, afirma.

Ubicado en la calle Robledo de la capital lenense, Roble ha recibido el “Sol Repsol” por su excelencia en la cocina. “Es una recompensa al trabajo, a que el equipo está funcionado y a que se están haciendo bien las cosas. Se agradece mucho”, afirma Jairo Rodríguez. La concesión de esta distinción está teniendo repercusión en las reservas. Para poder comer en Roble es necesario reservar con unos días de antelación, especialmente si quiere hacer en fin de semana. Actualmente trabajan un menú diario, mientras que los fines de semana se sirve a la carta y por menús degustación. Roble tiene capacidad para medio centenar de comensales, pero las restricciones han obligado a bajar el aforo hasta los 30 ó 40 cubiertos.

A un par de kilómetros de la capital lenense se encuentra la aldea de San Feliz. Y allí, hace también tres años, Xune Andrade plantó la semilla de su Monte, donde también luce ya el “Sol Repsol”. Se formó en las mejores cocinas, dirigió grandes proyectos en Madrid, y a sus 31 años decidió volver a casa. “Venía de vivir en el centro de una gran ciudad y tener un estilo de vida urbano. Y tenía claro que quería venir a mi tierra, a mi casa, con mi familia, con mis amigos”, explica el chef, que perfiló su proyecto: “Mi idea era la de gestionar un equipo pequeño; quería intentar hacer la cocina que sueño, que es lo que hacemos en Monte. Pero si al final teníamos que darle una vuelta y hacer fabada y arroz, poder hacerlo para salir adelante”. No hizo falta. Su propuesta triunfó.

Producto local

Para Xune Andrade, lo que ahora ocurre en Lena es único: “Estamos viviendo un momento histórico en la gastronomía de Lena y para mí, ser parte de este movimiento un honor y un orgullo. Estoy muy orgulloso de coincidir en el tiempo con Jairo y Javi, y compartir este boom. Lo que está pasando el Lena, con los restaurantes, con ganaderos y agricultores locales que apuestan por el producto, es algo que me hace sentir muy orgulloso”.

De sus palabras se desprende admiración por sus compañeros, de los que también elige un plato de cada uno. “En Roble he de decir que el tocinillo de cielo es increíble, incluso esta Navidad lo llevé a casa a la cena familiar de postre. Y en Casa Farpón, además de con sus clásicos, hace una merluza en caldo sensacional”, apunta Xune Andrade.

“Hemos creado un núcleo gastronómico en un concejo pequeño del que se está hablando mucho”

Jairo Rodríguez - Chef de Roble

El “Sol Repsol” es un premio al trabajo y a la valentía de un joven chef que ahora, con 34 años, sigue evolucionando. “Siendo honesto, a nivel personal el premio es un reconocimiento de la leche, por todo el trabajo del equipo, de todos los que han formado parte de Monte hasta ahora”, señala Xune Andrade. Pero también está la parte empresarial: “Supone un paso hacia la madurez y hacia la solidez de una idea. La verdad es que le hemos echado valor para desarrollar esta propuesta aquí, en San Feliz, pero el ‘Sol Repsol’ nos da la razón de que no nos hemos equivocado”.

Monte ofrece desde San Feliz cinco servicios a la semana, en horarios de comida de miércoles a domingo, y para un máximo de 14 comensales. Aunque en algún momento tuvo carta, ahora solamente trabaja con dos menús degustación a 45 y 85 euros. Y si quiere comer un fin de semana en San Feliz, es recomendable que llame con unas tres semanas de antelación para asegurar sitio.

El tercero de los restaurantes recientemente distinguidos en Lena es Casa Farpón. No ha logrado el “Sol Repsol”, pero sí una distinción como el “Big Gourmand” de la “Guía Michelin”, que reconocen a restaurantes que a pesar de no tener una estrella Michelin, merecen una visita. Se encuentra en el núcleo de Mamorana, pueblo natal de la madre de su dueño, Javier Farpón. Es el más joven, de los tres, con 31 años, y también fue el primero en abrir, hace seis años, cuando tenía 25. “Me pudo más el corazón que la cabeza. Con la vinculación personal que tenía y después de haber estado lejos, me apetecía venir aquí”, cuenta el cocinero, que también ve una ventaja en estar en un paraje como Mamorana. “En una gran ciudad eres uno más entre mil locales, aquí puedes hacer algo más personal, algo más divertido”, afirma Farpón. Y así, se puso manos a la obra. Y comenzó en un primer momento remodelando la antigua cuadra de su abuelo para convertirla en un restaurante. Con la pandemia, cambió de local, a la casa de enfrente.

Compañeros

Javi Farpón también ve a Xune Andrade y a Jairo Rodríguez como dos compañeros con los que compartir. “Es algo positivo. Lo primero para la zona, porque que, en una población y un municipio pequeño, que haya tres restaurantes de nivel dentro de todos los que hay en el concejo es muy bueno. Se puede diseñar una ruta muy apetecible para los turistas y es mejor hacer la batalla juntos que cada uno por su lado”, apunta el joven chef. “Siempre he vivido la camaradería en la hostelería, el compañerismo, todos somos complementarios”, agrega con una sonrisa que le caracteriza.

“Es muy bueno que haya tres restaurantes de nivel en el concejo, se puede diseñar una ruta muy apetecible”

Javier Farpón - Chef de Casa Farpón

Farpón también elige platos de la carta de sus compañeros. “En el caso de Monte diría que un salmón con jugo de costillas, que está espectacular, y una de sus señas de identidad: la tarta de queso”, apunta Farpón, que de la carta de Roble se queda, además de con el ya citado tocinillo de cielo, “con el roast beef, es algo que me apasiona y que Jairo prepara perfecto”.

Para Farpón, aparecer como “Big Gourmand” en la guía Michelin le ha traído estabilidad. “Nos lo dieron en una época complicada, justo en mitad de la pandemia, cuando estábamos cerrados cada dos por tres. No tuvimos una repercusión inmediata, pero fue un reconocimiento que nos dio un impulso. Cuando llegó la estabilidad si lo notamos, más teniendo en cuenta que el 90 por ciento del público que tenemos es de fuera del concejo. Y si apareces en una guía con una mención, ya tienes un gran empuje”.

Casa Farpón trabaja dos menús degustación –uno corto y uno largo, y la carta. Aunque por semana es más sencillo encontrar un hueco en el comedor, que tiene aforo para un máximo de quince personas, si el comensal va a visitar Mamorana en fin de semana, mejor que lo prepare con un par de semanas de antelación. “Yo intento dar de comer a todo el mundo, pero sería una pena plantarse aquí y no tener sitio”, explica Farpón.

Lena tiene muchos atractivos: desde sus montañas hasta el Prerrománico. Joyas que, desde hace unos años, se completan con una milla de oro, la de la gastronomía. Ahora, los soles y la estrella brillan más que nunca en el concejo.

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