No hay nada más otoñal que las castañas. Los afortunados que vivan cerca de un bosque con castaños pueden hacer la experiencia completa: recolectarlas, asarlas y comerlas.

Por ejemplo, en Asturias se acompaña con una buena sidra dulce, pero también combinan bien con un buen vino y, por qué no, con un chocolate caliente. También pueden sustituir a las palomitas en una sesión de cine en casa, pero también se puede hacer con ellas una crema de cacao saludable. Las posibilidades son infinitas.

El primer paso, independientemente del modo de cocción que se elija, es elegir bien las castañas. Lo mejor es que sean grandes, gorditas y que la piel sea brillante. También es buena opción que sean todas más o menos del mismo tamaño, ya que así se cocerán por igual y no quedaran unas más hechas que otras.

Una chica sostiene unas castañas. Shutterstock

Al horno

Para cocinar las castañas al horno solo es necesario contar con las castañas y sal al gusto (también se puede no ponerla). Es importante pellizcar un poco la piel para que el calor penetre bien. Es aconsejable hacer una buena cantidad, ya que no es necesario comerlas recién hechas: se pueden guardar y disfrutarlas en otro momento.

El horno debe configurarse con el calor arriba y abajo a 200 grados. El tiempo dependerá mucho del horno y de las castañas, pero por lo general con diez minutos por cada lado es suficiente.

Otras dos opciones

Cocidas

No es la opción más extendida, pero puede servir para hacer otras recetas: salsas , cremas de verduras o dulces... Lo peor de esta receta es que hay que pelar las castañas en crudo, lo que resulta más trabajoso.

Una vez limpias, hay que ponerlas en agua hirviendo durante unos 45 minutos. También se pueden hacer más rápido en la olla a presión. En el caso de que el objetivo luego sea hacer un puré, lo mejor es dejarlas unos minutos más para que sea más fácil triturarlas con un tenedor.

Al microondas

El modo de preparar castañas al microondas es muy similar al que se sigue al horno. Los tiempos de preparación son sencillos: si el microondas alcanza los 1.000 W de potencia bastará con dos minutos; si solo llega a 800 W, se necesitarán dos minutos y medio. Y así sucesivamente.