Uno de los hitos históricos más importantes de los aborígenes de Gran Canaria, precisamente el que llevó a su rendición ante los castellanos en 1483 y su posterior desaparición, pudo haber ocurrido en un lugar distinto al que se encuentra recogido en los libros.

Los arqueólogos creen que la rendición pudo haber ocurrido al amparo de uno de los riscos sagrados de los antiguos pobladores de la isla. 

Se trata de Umiaya, un santuario que podría extenderse unos kilómetros desde los riscos de Amurga y que ahora inspira uno de los menús del chef Germán Ortega (una Estrella Michelin) en su espacio gastronómico La Peseta del recientemente inagurado Paradisus Gran Canaria de la cadena Meliá, un hotel de lujo con todo incluido que ofrece visitas por la isla para conectar a sus huéspedes con el destino, la cultura y su naturaleza.

El menú Umiaya comienza con una lámina de frisona canaria, una vaca lechera poco culona que se acompaña con queso de La Gloria y espárragos verdes de Teror. 

Ortega supervisa el coqueto comedor con vistas a las pisicinas de este hotel con cuidados jardines frente a la playa donde Isabel Florido imparte clases de yoga, pilates y meditación a los turistas.

"Soy cocinero porque me encanta comer", comenta el chef antes de emplatar un risotto reinventado con acento canario, trufa y queso de cabra en vez de parmesano de su menú Tierra.

Risotto, setas, tartufo y queso la Gloria.

German Ortega borda el potaje de berros, una receta de la humilde cocina canaria que se cotiza ahora a precio de oro. "Estos platos los hago en casa y para el personal de mi restaurante", explica, porque lo que ofrecemos en Peseta es alta gastronomía con el inconfundible toque grancanario marcado por las influencias de las recetas sudamericanas, asiáticas y del norte de Europa que llegaron en barco al Puerto de La Luz.

En Paradisus Gran Canaria la estancia está impregnada por el encanto local y ofrece desde talleres de cocina hasta excursiones a los lugares más escondidos o icónicos de la isla. Los turistas tienen la oportunidad de viajar a los cafetales, las destilerías y las bodegas más pintorescas.

En el hotel no solo hay una interesante propuesta de conexión con la gastronomía y el producto de la tierra en las experiencias de destino incluido; una vez dentro, el abanico se extiende a nueve conceptos distintos en los que la cocina es auténtica y va de lo internacional a lo local. 

Gofio, plátano y millon.

Desde espacios para disfrutar de una comida relajada y casual, hasta los restaurantes 'signature' con una apuesta contemporánea y elegante. En la parte del ocio gastronómico, también destacan las propuestas de coctelería, de tapas y de disfrute junto a la piscina o frente al mar. 

"Se puede decir que aquí estamos en el verdadero paraíso", presume Germán Ortega mientras elabora un postre de Gofio, plátano y millo para cerrar su menú 'Sea me', una carta en la que todo el protagonismo se lo llevan los pescados del día que capturan justo frente al hotel y muy cerca de la mágica montaña sagrada de Gran Canaria.