Mar, tierra y barra

El Central irrumpe con fuerza en el escenario culinario capitalino con una oferta que mezcla tradición y modernidad 

El Central irrumpe con fuerza en el escenario culinario capitalino con una oferta que mezcla tradición y modernidad

El Central irrumpe con fuerza en el escenario culinario capitalino con una oferta que mezcla tradición y modernidad / La Provincia

Rubén Reja

Rubén Reja

Las Palmas de Gran Canaria

Las barras de los restaurantes tienen un encanto especial. La relación que surge en estos espacios son parte del acervo gastronómico en todos los niveles y, a veces, rebrotan cuando menos te lo esperas. Este es el caso de la última sorpresa gastronómica de la capital grancanaria: El Central. Un local que irrumpe con mucha fuerza y llega para quedarse, siempre y cuando mantenga su calidad y sus precios. Este establecimiento, inmerso en el corazón del mercado, ha comenzado a latir a buen ritmo y se perfila como el nuevo punto de encuentro para los amantes de la buena gastronomía, el tardeo animado y la música en vivo. Con un concepto que mezcla tradición y modernidad, el restaurante ofrece una experiencia que se adapta a cualquier ocasión y que cubre una orfandad alimenticia en la zona. Los productos de proximidad son los grandes protagonistas de su propuesta y eleva el concepto de cocina km 0 a una auténtica experiencia. Cada bocado conquista al paladar, que te empuja a repetir como los garbanzos en su tinta; homenaje a los sabores del mar con un giro inesperado. Por cierto, el pulpo, cocinado a la perfección, deja a los comensales en pleno éxtasis. Además, el pescado del día, siempre fresco y preparado con un toque único, seduce a los sibaritas más exigentes. Para cerrar el círculo, a las ensaladas necesitan un punto de maceración y cariño. Pero es, sin dudas, el sitio que necesitaba esta aburrida ciudad. Un espacio gastronómico que no solo brilla por su cocina, sino también por su ambiente. Con una selección musical cuidada al detalle, el espacio se transforma durante las tardes en un lugar ideal para disfrutar de una copa o un cóctel mientras el día da paso a la noche. Eso sí, la música podría bajarse un poco en algunos momentos de la degustación. El tardeo, acompañado de una carta de irresistibles, convierte cada visita en un plan perfecto para desconectar y disfrutar.

Es la apuesta que toda ciudad merece tener. Un lugar que celebra los sabores locales con una visión innovadora y que, al mismo tiempo, se posiciona como un epicentro social donde la gastronomía se encuentra con la diversión.

Está llamado a marcar tendencia y a que los sabores de mar, tierra y su barra permanezcan grabado en la memoria culinaria.

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