Habla la sala: Kiara León, del restaurante El Bejeque

Nuestra sala de hoy tiene una característica, y es que es una sala semicircular custodiada por una isla en medio que da soporte a cada una de las mesas que la rodea y desde donde nuestra anfitriona, Kiara León, actúa de vigía para procurar el mejor servicio posible.

Si diéramos una descripción somera de esta sala, se resumiría en un espacio tranquilo, colores claros y cuadros con pinturas que hacen alegoría al mar, ya que nos situamos a pocos metros de la playa de Las Canteras. Una sala donde la acústica está muy cuidada y sus mesas muy bien vestidas. Manteles y servilletas de tela, cada una de ellas montadas con un servicio para cada comensal, incluyendo copa de vino, algo que ya nos indica que sus vinos juegan un papel importante a la hora de disfrutar de la cocina que lidera Ayoze Valido.

La voz en esta sala la lleva Kiara, graduada en Administración y Dirección de Empresas. Hace ya cinco años que comenzó esta andadura en la profesión de la restauración, justo después de la pandemia. Confiesa en esta entrevista que cuando se inició, no sabía todo lo que había detrás de la gastronomía; no solo sabores, tipos de vino, cortes de carne, variedad de arroces, etc. Sino también todo aquello que un buen profesional de la restauración debía saber para poder desarrollar este trabajo con la calidad debida. Lejos de comenzar una etapa dedicándose a algo relacionado con los estudios que había realizado, descubrió un mundo apasionante en esto de ser camarera. 

Formación y pasión por el oficio

Recién llegada de la feria Gourmets de Madrid, Kiara pone en relieve la necesidad de llevar a cabo una formación continua, si bien acudiendo a este tipo de eventos, también con cursos, catas o maridajes, que le aporten a su curriculum los conocimientos necesarios para desarrollar su trabajo y continuar creciendo en este mundo de la restauración.

Es conmovedor, o a mí me lo parece, cuando escuchas de su voz cómo habla de su profesión, a la pregunta de si le gusta su trabajo. Nos encontramos con un sí, tajante. Aunque confiesa que la conciliación familiar no es fácil, reconoce que cada vez que uno de sus comensales le agradecen su servicio, el esfuerzo compensa. 

Dentro de su sala, los platos fuertes son los arroces y las carnes. Para los arroces se ayuda de una mesa auxiliar donde separa y sirve las partes para cada comensal, en caso de grupos grandes, ejecuta esta técnica en la isla central.

En el caso de las carnes existen varios cortes disponibles para ofrecer a los comensales. Nuestra anfitriona, que está sabida en todos ellos tanto en su deshuese como en su trinchado, ofrece este servicio también en mesa. Algo que los apasionados de la carne valoramos mucho.

Kiara es conocedora de cada uno de los vinos de los que dispone en su carta para recomendar junto a estos arroces o carnes a sus comensales. Nunca deja lugar para la improvisación y aunque a veces queda sorprendida cuando algún comensal duda, “quizás por ser mujer” sostiene ella, de su capacidad para ello. En la mayoría de casos encuentra el mejor reconocimiento a su trabajo cuando consigue maridar su servicio con la satisfacción del comensal.

Si quisiéramos sacar a relucir una cualidad de nuestra anfitriona de hoy, sería la seguridad con la que se desenvuelve en su servicio, que desarrolla sin complejos, dando a la profesión de camarera el valor que ella resalta. “Hacer disfrutar a cada uno de sus comensales como si estuvieran en su casa”.