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Ensayo de un camarero

Habla la sala: Valeria Rivas, de la tasca Verode, en la capital grancanaria

El entorno de la sala transmite al comensal aquellas sensaciones primarias que lo van a situar en un contexto específico

Rivas, encargada de sala de Verode.

Rivas, encargada de sala de Verode. / LP / DLP

José Miguel Sánchez

José Miguel Sánchez

Las Palmas de Gran Canaria

En la sala en la que me encuentro nada está elegido al azar. Aquí la expresión de la sala conecta directamente con el menú que se ofrece. Y la forma de establecer esa conexión entre cocina, sala y comensal la ejerce nuestra anfitriona de hoy, Valeria Rivas.

La sala Verode es muy reconocible para un canario. Esta tasca situada en el barrio de Guanarteme de la capital grancanaria, está inspirada en una cueva, salvando las distancias. Pero los motivos aborígenes sutilmente colocados en paredes de cemento tratado, simulando piedra y los verodes decorando (planta endémica de canarias), ya te dan una idea del tipo de comida que se sirve en este local del afamado chef y propietario Abraham Ortega.

Con unas mesas de madera oscura, montadas sin mantel, unas sillas bastante cómodas, una vajilla y cubertería cuidada, esta tasca gastronómica invita a relajarse y tomarse un aperitivo con un buen vino. La sala está coronada por una barra en forma de U, donde se sitúa una zona de preparación de coctelería y donde además en el medio cuenta con una isla donde puedes quedarte observando cómo se ejecuta parte el menú diseñado. Los detalles de esta sala están muy bien cuidados y la luz cálida que de forma indirecta ilumina todo, hace que realmente te sientas arropado.

Una sala de estas características, meticulosamente diseñada, no podría dejar a la improvisación a la persona encargada de transmitir todo ese buen gusto. Valeria Rivas, a sus veinticinco años, y con algo mas de cinco años en el mundo de la restauración, aparcó sus estudios de auxiliar forense para iniciarse en este mundo del cual habla con pasión y sostiene que ama.

Incomprensión inicial

Comenzó con un ciclo de Dirección de Servicio, y hasta la fecha no ha parado de ganar experiencia. Cuenta que al principio se encontró con multitud de prejuicios. Familia y amigos no entendían que alguien pudiera querer dedicarse a esta noble labor. Algo que suele suceder mucho, por desgracia, pues este trabajo está muy infravalorado. Al principio, comenta Valeria, no fue lo que imaginó, ya que los primeros locales de restauración donde se inició no respondían a sus expectativas y metas.

Valeria Rivas, durante un servicio en Verode.

Valeria Rivas, durante un servicio en Verode. / LP / DLP

Fue poco a poco, cuando trabajando en restaurantes de hoteles de alto nivel gastronómico pudo ir cogiendo aquella experiencia que realmente ella estaba buscando. Esto le brindó la oportunidad de trabajar en la sala del chef José Luis Espino, del restaurante Bevir, y ahí es cuando terminó de enamorarse de esta profesión.

Valeria llegó a Verode con ganas e ilusión; escucharla hablar de la profesión es un deleite para los que ejercemos el servicio como camareros y camareras. Cuando entras en Verode, Valeria te va a recibir y a acompañarte a la mesa, y aunque es una tasca, los detalles cuentan. Lo mejor para ella es poder guiarte con tus preferencias y acompañarte, como dice ella, "en ese ratito que has elegido para disfrutar". Como todas las tascas, tiene sus comensales habituales, y es ahí cuando Valeria aplica todo su talento para que cada vez que te atiende pueda llegar nuevamente a sorprenderte. Eso sí, algo que no puede pasar por alto es que algún comensal le cambie las reglas del juego, no vale romper la armonía de la sala con ciertas exigencias.

La pasión del día a día

En este baile de salón, entre comensales, platos y la barra, cuando más disfruta es en ese momento donde entre compañeros, casi sin palabras, logran sacar el servicio entre complicidad, sutileza y rapidez. “Dentro de lo que puede parecer la monotonía del día a día cada servicio es apasionante”.

En esta charla con nuestra camarera de hoy, el tiempo ha pasado rápido, la energía y pasión que Valeria tiene, siendo tan joven, la llevará a trabajar en la línea de los grandes gastronómicos que se están abriendo paso hoy en día. Me quedo con una gran frase que, aunque pueda parecer simple, resume su carácter profesional, ella "no sirve platos, ofrece el mejor servicio posible”.

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