Ya está aquí el puente de la Constitución y con él llegan las dudas de qué hacer para disfrutar de los días. Hacer una escapada a un entorno rural puede ser la mejor manera de desconectar del trabajo y el día a día. Lugares idílicos donde encontrar paz mental y disfrutar de la naturaleza que te darán un chute de energía para regresar al trabajo con toda la actitud.

Aquí te proponemos algunos pueblos esenciales en los que hacer una escapada este puente de diciembre.

Potes (Cantabria)

Potes (Cantabria). ShutterStock

En la frontera entre Asturias y Cantabria, Potes se erige como uno de los destinos más emblemáticos de la zona de turismo rural. Lo localidad, cargada de historia, se considera la capital del Valle cántabro de Liébana y tiene un arraigado pasado medieval que se puede ver tan solo paseando por sus calles. Muy cercano a los Picos de Europa y al teleférico de Fuente Dé, el municpio ofrece un sinfín de rutas por la naturaleza además de algunas cosas para visitar, como la Torre del Infantado o el museo de la tortura.

Frigiliana (Málaga)

Frigiliana (Málaga). ShutterStock

Este pueblo blanco de la provincia de Málaga es un destino rural perfecto donde, además, gozar de buenas temperaturas. Ubicado en la comarca de la Axarquía, cuenta con un casco histórico de herencia morisca donde las calles estrechas, sinuosas y empinadas, los pasadizos, adarves y revellines forman un singular entramado urbano de pequeñas casas que se encaraman unas sobre otras. Muy cerca del municipio se encuentra el parque natural de sierra Tejeda-Almijara, con infinidad de posibilidades para hacer rutas de senderismo.

Elizondo (Navarra)

Elizondo (Navarra). ShutterStock

Protagonista de las novelas más famosas de Dolores Redondo, Elizondo es uno de esos lugares en los que se esconde algo mágico. En el Valle del Baztán navarro, este pueblecito, rodeado de otros muchos visitables, es perfecto para hacer una escapada rural en el puente de diciembre. Eso sí, hará frío. Dividido por el río Bidasoa, a ambos márgenes se pueden contemplar casas señoriales. Como recomendación culinaria: el chocolate con avellanas del Urrakin Egina.

Sigüenza (Guadalajara)

Sigüenza (Guadalajara). ShutterStock

Sigüenza es una ciudad situada estratégicamente para controlar el paso del alto Henares y los valles de los ríos Dulce y Salado. Esta es la razón por la que estuvo poblada ya desde el Paleolítico y Neolítico. Castillos y emblemáticas e históricas construcciones copan de historia el pueblo, con el barroco y el renacentista entre sus calles. Además, hay tres espacios naturales protegidos en la comarca: el Parque Natural del Río Dulce, el Lugar de Interés Comunitario del Río Salado y la Microrreserva de los Saladares del Río Salado

Calatañazor (Soria)

Calatañazor (Soria). ShutterStock

Soria esconde muchos lugares en los que perderse entre callejuelas y Calatañazor es uno de ellos. Su nombre viene del árabe y significa 'castillo de buitres', y son estos animales los que vuelan alrededor de su fortín medieval. Con casas muy características, con entramados de madera de sabina y chimeneas cónicas, y sus calles empedradas, esta localidad es todo un reclamo para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad.