La última entrega de ´Adán y Eva´ pareció una copia televisiva de la película ´Ocho apellidos vascos´. Maite, una bilbaína fría y cortante, y Carlos, un andaluz enamorado de la vida y del amor, fueron los protagonistas del nuevo programa de Cuatro.

Como Dani Rovira y Clara Lago en la citada película, Maite se mostró muy fría y seca, mientras Carlos se afanaba por gustarle y entrar en su corazoncito. El andaluz le dejó unas notitas de amor en la cabaña para alegrarle el despertar. Pero lejos de ablandar a Maite, consiguió el efecto contrario. "Eres un moñas", le dijo la vasca.

El momento más divertido llegó cuando se pusieron a hablar de sus respectivas ciudades. "Yo he llegado hasta Granada y, a ver, la Alhambra es bonita, sí, pero, al fin y al cabo, son cuatro jardines. El Guggenheim es una estructura de titanio que refleja colores violáceos?Eso sí que es una pasada", dijo Maite.

Pese a todo, Carlos se quedó prendado de la chica, y ni la llegada de la alegre Verónica consiguió hacerle cambiar de opinión. Al final, a pesar de lo seca, cortante, distante y fría que fue Maite, el andaluz acabó eligiéndola a ella para comenzar una historia de amor.

Carlos se queda con Maite.